Ventajas de la energía solar en instalaciones aisladas
Fotovoltaica 31 marzo, 2016
Las ventajas de la energía solar, en sus distintas tecnologías, se aprecian en toda su potencialidad en instalaciones aisladas, es decir, cuando no existen otro tipo de suministros energéticos convencionales a nuestra disposición. Todos estamos habituados a contar con los servicios básicos de electricidad, combustible, agua, etc, en cualquier ubicación, pero hemos de tener en cuenta que, en ocasiones, las redes de suministro eléctrico no llegan a lugares apartados y no urbanizados.
Una de las posibles alternativas es la de contratar los servicios tradicionales, cuando esto sea posible, normalmente asumiendo los costes ocasionados por el despliegue de las instalaciones.
Otra opción, es la instalación de paneles solares, con ellos se puede generar gran parte de la energía necesaria para el funcionamiento básico de una edificación. Afortunadamente la radiación solar llega a casi cualquier punto del planeta.
Los colectores solares fotovoltaicos permiten obtener la energía eléctrica necesaria para las distintas aplicaciones. A la hora de planificar la futura instalación habrá que tener en cuenta algunas consideraciones.
En primer lugar, aunque hayamos mencionado que los rayos del sol llegan a casi cualquier parte, es preciso evaluar técnicamente las posibilidades reales de obtener una radiación solar de calidad. La existencia de sombras creadas por la configuración geográfica, montes o cordilleras cercanas, o por distintos seres biológicos, pueden dificultar la generación necesaria.
Hay que concretar también la superficie disponible para la colocación de los paneles. Estos colectores pueden ir integrados en la propia edificación, sobre las cubiertas o paramentos con la orientación adecuada o insertados en distintos elementos ornamentales o de seguridad, o pueden ocupar espacios no edificados, instalados sobre estructuras propias. La superficie necesaría será proporcional a la potencia prevista, dependiendo también de las características del panel a instalar.
La potencia que debe suministrar el conjunto de paneles fotovoltaicos será la suma de las potencias de los distintos equipos que deban estar en funcionamiento de forma simultanea. Habrá que tener en cuenta los dispositivos que puedan funcionar en corriente continua, la que suministra directamente el conjunto de captadores solares, y los que necesiten corriente alterna. Esto, además, condicionará la existencia de un inversor en el conjunto del sistema.
Para reducir lo máximo posible la inversión en la instalación captadora será de especial relevancia optar por equipos con la máxima eficiencia energética. Por ejemplo, será distinta la potencia necesaria para iluminar una zona con lámparas fluorescentes tradicionales que utilizando leds. Esto redundará en los metros cuadrados de captadores necesarios y, por extensión, en los costes de la misma.
Otra de las decisiones transcendentales en la fase de dimensionamiento y planificación será la de decidir sobre la necesidad de contar con suministro de energía eléctrica en las horas sin radiación, es decir, por la noche. En caso afirmativo, la incorporación de acumuladores o baterías a la instalación será inevitable. Para decidir el número de estos elementos, caros y con gran necesidad de espacio, habrá que cuantificar tanto la potencia, proporcional al número de equipos, que deben suministrar, como la autonomía mínima que se les requerirá, para poder obtener energía en malas condiciones de radiación.
Con todos estos requisitos se podrá contar con una instalación fotovoltaica de generación eléctrica que permitirá una total autonomía, ideal para zonas aisladas o de difícil abastecimiento.
De forma similar se podrá obtener energía calorífica para el sistema de calefacción, e incluso para generar agua caliente sanitaria o ACS. En este caso se utilizarán paneles solares térmicos, que, aunque utilizan la misma fuente energética, el sol, son tecnológicamente muy diferentes. Pero esto será materia para otro artículo.
