El posicionamiento de una compañía en la lucha contra el cambio climático es uno de los mayores retos de transformación empresarial a día de hoy. Existen dos posibles vías para poder materializar los objetivos de descarbonización de una empresa:
- Mitigación: hace referencia al conjunto de estrategias orientadas a reducir las emisiones de los gases de efecto invernadero (GEI).
- Adaptación: que agrupa las estrategias orientadas a limitar o evitar los riesgos y daños derivados del cambio climático.
Desarrollar e implementar una estrategia climática para alcanzar los objetivos de reducción de emisiones, supone identificar y evaluar sus opciones estratégicas, toda la cadena de valor de una actividad o producto, así como los riesgos y oportunidades asociados al plan. Las acciones incluidas de corto, medio y largo plazo deben ser realistas, no deben conllevar un daño significativo para la biodiversidad, economía circular, recursos hidráulicos y marinos y contaminación y deben facilitar a la organización cuantificar el resultado de sus esfuerzos en el plazo determinado.
Además, es recomendable que un plan de reducción de emisiones incluya proyecciones financieras cuantitativas y evaluaciones de la viabilidad financiera del Plan.