En el último capítulo del mismo y como suele suceder, el más importante de todos porque es cuando se descubre al asesino, hablaba sobre el Vehículo Eléctrico y las previsiones de penetración que tenía en el mercado por aquella época. Sin embargo, el tiempo ha quitado la razón a todos los gurús que pronosticaron cifras y escenarios futuros.
Consultando la web de la DGT, estamos alrededor de los 60.000: 40.000 son turismos y 20.000 motocicletas aproximadamente). De hecho, un porcentaje importante de esta cifra se la debemos a los vehículos de carsharing que han ido proliferando por las grandes urbes. Es evidente que el uso particular del mismo sigue siendo una opción que no arranca. Pero, ¿no era esto el futuro? ¿Es el día de la Marmota?
Según mi opinión, hay cuatro motivos pero dos de ellos son principales:
- El precio: aunque poco a poco van siendo más competitivos, no cabe duda de que el desembolso inicial para adquirir un coche eléctrico es sensiblemente superior a uno de combustión. Es cierto que después, el mantenimiento y sobre todo el “combustible” son bastante más baratos, pero en una situación económica de crisis como la que nos ha tocado vivir, cuesta afrontar este desembolso inicial.
- La infraestructura de recarga: una vez más, España está a la cola de Europa. Contamos con menos de 8.000 puntos de recarga en el territorio. Por poner un ejemplo cercano, Francia tiene más de 100.000 puntos.
Nos quedan los que son problemas menores, bajo mi punto de vista, pero que también tienen su impacto:
- El tamaño de estos vehículos: los SUV están de moda. Cuando eres joven te compras (si puedes) un coche pequeño que corra y suene mucho. Cuando eres padre, prefieres un coche grande para que quepa el carro del niñ@ y cuando te jubilas, eliges un Mercedes. La oferta actual de vehículos eléctricos está costando que llegue a los SUV y, aunque sí los hay híbridos, todavía no han llegado a los puramente eléctricos.
- ¡Son feos! ¿Son feos?: sobre gustos no hay nada escrito, pero personalmente, como amante de los coches, ¡los nuevos modelos no me gustan! Y quizá no vaya muy desencaminado cuando la tendencia actual no es la de crear nuevos modelos sino reconvertir modelos actuales a tecnología eléctrica.
Llegados a este punto, yo también quiero hacer mi pronóstico y compartirlo contigo. Apuesto a que cuando existan SUV 100% eléctricos y a precio razonablemente similar (siempre será más caro un VE que uno de combustión), esto empezará a cambiar. Ojo, que alguno empieza a salir al mercado y ya sabemos lo que dicen: en las crisis surgen las grandes oportunidades.
Y no, no incluyo en las variables de mi apuesta el incremento de puntos de recarga, porque me temo que las prioridades en la actualidad están más focalizadas en salir de la pandemia.
Cuando el parque automovilístico de vehículos eléctricos aumente de verdad, entonces empezaremos a construir puntos de recarga como locos, pero lamentablemente no será al revés (si construimos con cabeza y sin el “spanish frenesí”, casi que mejor…). En nuestro país las inversiones siguen a remolque de las tendencias.
Reaccionamos tarde, aunque no es menos cierto que cuando lo hacemos, lo hacemos bien. Y tenemos un ejemplo en la selección española de futbol. En 100 años, habíamos ganado 0 mundiales y 1 Eurocopa pero en una década, nos marcamos un triplete y fuimos líderes (qué grandes momentos aquellos, ¡Iniesta de mi vida!)
Hasta aquí mi diagnóstico aunque todavía tengo una pregunta: ¿qué puede aportar Naturgy a la solución? Personalmente, como profesional de la compañía, es un orgullo decir que lo más importante: formar parte de este cambio y potenciar el vehículo eléctrico para que esta forma de movilidad sostenible y ecológica sea una opción más para todos.
Además, a partir de Septiembre, avanzo que tendremos grandes novedades y ofertas para ti.
Atento a la web... ¡que arranca la fiesta!