Calderas de condensación: ahorrar en calefacción


Caldera de condensación

Opción GNL   29 noviembre, 2018

A nivel general, podemos englobar las calderas de condensación, que son las que aprovechan este fenómeno para mejorar el rendimiento, dentro de los tipos de calderas existentes. La condensación consiste en extraer la energía latente (de condensación) del vapor de agua contenido en los productos de combustión, para aprovechar esa energía en el sistema de calefacción y de producción de ACS. 


 

Principales tipos de calderas

Las calderas se pueden clasificar, a nivel general, en los siguientes tipos:

  • Calderas de baja temperatura: son calderas que trabajan con temperaturas de retorno del agua bajas en comparación con los sistemas tradicionales, entre 40 ºC y 60 ºC, y con baja temperatura de humos, entre 90 ºC y 120 ºC, contando con eficacias superiores. Su principal aplicación es en instalaciones donde se pueda trabajar un número elevado de horas a temperaturas bajas del circuito de agua caliente, como por ejemplo en sistemas de suelo radiante.
  • Calderas atmosféricas: en este tipo de calderas la combustión se realiza en contacto con el aire de la estancia donde está ubicada la caldera, por lo que el aire para la combustión se toma de dicha estancia y existe riesgo de salida de productos de combustión a esa estancia. Hay que reseñar, que en España está prohibida la adquisición de calderas atmosféricas desde el 1 de enero de 2010.  
  • Calderas estancas: son aquellas calderas en las que la admisión de aire y la evacuación de gases tienen lugar en una cámara cerrada, sin contacto alguno con el aire local en que se encuentra instalada, con la mejora consiguiente de la seguridad y además presentan mejor rendimiento que las calderas atmosféricas.
  • Calderas con modulación automática de la llama: las calderas que usan este sistema de combustión tienen mejor rendimiento ya que se minimizan los arranques y paradas de la caldera, ahorrándose energía al adaptar el aporte de calor a las necesidades, mediante el control de la potencia térmica aportada.

Las calderas de condensación

El uso de calderas de condensación permite garantizar el máximo confort y contribuir en parte a mejorar la eficiencia energética y respetar el medio ambiente.
 

Principio de funcionamiento de una caldera de condensación

A diferencia de una caldera convencional las calderas de condensación sólo utilizan combustibles tales como el gas natural, gas licuado del petróleo (GLP) o el gasóleo, aunque la gran mayoría son de gas natural. El combustible se mezcla con el oxígeno del aire, creando dióxido de carbono y agua en estado gaseoso, en forma de vapor.

En la combustión se genera vapor de agua y CO2, la principal característica y ventaja de estos sistemas es su capacidad para aprovechar el calor latente contenido en el vapor de agua. Condensando este vapor, se logra aprovechar más energía y se eleva la eficiencia energética del proceso, pudiéndose conseguir ahorros energéticos de hasta un 30% frente a otras calderas que no son capaces de condensar el agua de la combustión. La condensación del agua de combustión genera un rendimiento extra que permite consumir entre un 15% y un 30% menos de combustible.

 

 

Ventajas de las calderas de condensación

Gracias al proceso de condensación, podemos enunciar varias ventajas de las calderas de condensación frente a los sistemas tradicionales:

  • Mayor rendimiento con menor consumo de combustibles fósiles: el rendimiento estimado de estas calderas es superior al 100% (referido al poder calorífico superior del combustible) mientras que el de las tradicionales está entre un 70% y 90%
  • Ahorro de un 30% en la factura energética, ya que para mantener la temperatura de confort es necesario consumir menos gas como consecuencia del mejor rendimiento del sistema
  • Menos emisiones de CO2: gracias a su cualificado sistema de combustión, el bajo consumo de combustible fósil que necesita y a su alto rendimiento, estas calderas reducen las emisiones de CO2. De esta forma conseguimos reducir el impacto medio ambiental
  • Sistema muy silencioso, ya que en su funcionamiento no emiten apenas ruido, generando mejor confort y reduciendo la contaminación acústica
  • Mantenimiento sencillo, con un bajo coste
  • Son compatibles con cualquier tipo de instalación: pueden usarse en sistemas a radiadores o suelo radiante, siendo idóneas para sistemas de baja temperatura
 

Por todas estas características, las calderas de condensación son un sistema que proporciona un gran ahorro energético, además de mejorar notablemente el confort y contribuir a la disminución de emisiones.



Opción GNL

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