Hornos de gas: una solución eficiente a la vez que polivalente

En un horno de gas se transforma la energía química que posee el combustible, gas natural, en calor que se utiliza para aumentar la temperatura de todos los materiales que se encuentran en su en su interior. Este material que está en interior puede ser de muchos tipos, desde un metal que requiere ser fundido hasta un alimento que ha de ser horneado.

Partes fundamentales que componen un horno

Un horno de gas consta de una serie de partes fundamentales que están destinadas a proporcionar el calor necesario al interior del mismo, así como a reducir las pérdidas energéticas y a evacuar los productos de combustión a la chimenea.

Las partes más importantes son:

• Hogar o cámara de combustión: es la parte en donde están instalados los quemadores de gas y se generan los gases de combustión. Estos gases de combustión se encuentran a una temperatura elevada y son los que proporcionan la energía térmica al horno. Esta cámara de combustión puede ser además la cámara de calentamiento o ser una cámara independiente.

• Cámara de calentamiento: es la zona donde se coloca el material a calentar o tratar, y pueden ser de varios tipos en función de la forma de operación del horno y de su función.

• Revestimiento aislante: formado por el material que recubre todas las cámaras y equipos del horno y cuya misión es reducir al máximo las pérdidas energéticas con el ambiente.

• Chimenea y tubos de escape de gases de combustión: son los sistemas para evacuar los productos de combustión al exterior. Para mejorar la eficiencia energética del sistema se pueden instalar intercambiadores de calor que recuperan parte de la energía térmica de los productos de combustión antes de ser emitidos a la atmósfera. Esta energía recuperada puede usarse para precalentar el aire del horno o para cualquier otro proceso industrial que tenga lugar en la instalación, como, por ejemplo, precalentar agua.

Versatilidad y funcionalidad de un horno de gas

A diferencia de un sistema que se alimente con otro tipo de combustible o suministro, como energía eléctrica, carbón, fuel o leña, un horno de gas posee una gran capacidad de regulación, puede adaptarse a todo tipo de procesos industriales y garantiza un comportamiento ambiental muy bueno, al ser el gas natural el combustible fósil con menores emisiones de gases contaminantes. Además, carece prácticamente de gas incombustible y no se generan residuos sólidos. Su poder calorífico oscila entre 8000 kcal/Nm3 y 10.500 kcal/Nm3.

Los hornos de gas también pueden alimentarse con propano comercial, un gas que está compuesto en su mayoría por propano con pequeñas cantidades de etano y butano. Se obtiene de las primeras fracciones de destilación del petróleo y es fácilmente licuable para su almacenamiento en botellas a presión, lo que facilita su uso en instalaciones industriales mediante tanques de almacenamiento. Es un gas más contaminante que el gas natural.

Aplicaciones y ventajas

Un horno de gas puede usarse para muchas aplicaciones en todo tipo de sectores, desde procesos de fundición hasta sistemas de cocción y procesamiento de alimentos, siendo los ejemplos más habituales:
 

• Hornos de reverbero: el uso de gas natural permite utilizar tecnologías como los quemadores regenerativos y unidades de fusión rápida que hacen que compitan con los hornos de crisol, al producirse ahorros de combustible de más del 50%.
• Hornos para recalentamiento continuo: se produce un importante aumento de la productividad y ahorro energético, como fruto de la disminución de las pérdidas por oxidación y cascarilla.
• Hornos para sector cerámico: el consumo de la planta disminuye hasta en un 15% en comparación con otros combustibles, y se mejora mucho la calidad final del producto
• Hornos de recocido: en estos hornos, respecto de un horno eléctrico, el ahorro llega a ser del 50%.
• Hornos para forja: en los hornos discontinuos para forja se alcanza una flexibilidad mayor, permitiendo adaptarse a todo tipo de piezas y procesos

Gas natural: flexibilidad para el horno de gas

Sea cual sea el sector de aplicación, el gas natural permite aportar una solución personalizada y adecuada a las necesidades de calentamiento, siendo válido para usarse desde panaderías hasta grandes plantas de producción cerámica. Además, con las nuevas soluciones de gas natural licuado, el no estar cerca de la red de distribución ya no supone ninguna desventaja.