Seguramente nunca te hayas preguntado cuánto ensucia la famosa nube en la que se almacenan los datos extraídos de Internet y es que, tendemos a pensar que gestos como evitar imprimir documentos innecesarios desde el ordenador ayuda al medioambiente, ¡y es cierto! Si suprimimos el gasto de papel, se talan menos árboles, es un hecho. Pero, nuestro apetito digital no es precisamente la actividad más limpia en cuanto a contaminación se refiere
¿Te has parado a pensar un minuto en el coste energético que implica el procesamiento, transferencia y almacenamiento de datos? ¿Cuánta energía gastamos enviando un mensaje? ¿Y realizando una búsqueda en Google? Todas estas acciones pasan antes por los llamados centros de datos: espacios donde se gestiona toda la información por parte de grandes empresas y organizaciones.
Los centros de datos suponen un gasto de energía enorme y en los últimos años y dado el crecimiento de la demanda de servicios digitales y en la nube, éstos han tenido que aumentar su huella construyendo nuevas instalaciones y ampliando las existentes, algo que supone un aumento de consumo energético más que notable en los países más digitalizados
Según estimaciones de expertos, existen industrias que generan un consumo de energía equivalente al gasto energético de 20 millones de hogares del Reino Unido, como es el caso de la minería de criptomonedas. Por otro lado, se prevé un crecimiento de consumo por parte de otras industrias, como las de transmisión de medios, debido al avance de las retransmisiones en 4K.
Otro de los factores que impulsarán el aumento de consumo energético en los centros de datos será la llegada del 5G. Esta tecnología tendrá un papel fundamental en el gran consumo y en las redes empresariales. En contrapartida, los expertos creen que gracias a su llegada, la expansión de tendencias tecnológicas como ciudades inteligentes, Internet of Things o la realidad virtual, será mucho más rápida, cosa que elevará el consumo de los centros de datos aún más.
Es decir, el apetito mundial por los servicios digitales de los últimos años implica un crecimiento del consumo: más conexiones y más información generada. Toda actividad realizada en internet implica procesar datos, alojar archivos… Y por eso, cada vez son necesarios más servidores o centros de datos donde se puedan llevar a cabo estas actividades.
Es cierto que trasladar al entorno digital, por ejemplo la economía, supondría consumir menos recursos materiales, como talar menos bosques. Pero, la necesidad de construcción de más empresas que almacenen datos y nos permitan desarrollar nuestra actividad internauta, ¿qué efectos supondría en el medioambiente? ¿cómo mejoramos la tecnología para que sea más eficiente?
Muchas son las opciones que se están llevando a cabo para alcanzar esta eficiencia real del almacenamiento de datos, desde el trabajo a gran escala para conseguir un almacenamiento de energía eficaz, hasta trabajar en detalle la más que conocida eficiencia de la batería en dispositivos móviles y ordenadores, e incluso utilizar la inteligencia artificial para crear ordenadores que imiten ‘cerebros’.
Nuestro país en esta materia no se queda atrás y es que, el proyecto Voltage-Control of magnetism in nanoscale-engineered materials: a new concept for energy-efficient data storage, del grupo del investigador Jordi Sort Viñas, profesor ICREA del Departamento de Física de la UAB, se enmarca en uno de los retos más importantes de la sociedad moderna: el gasto energético del almacenamiento de datos a gran escala. El proyecto consiste en utilizar voltaje en lugar de intensidad para escribir información en dispositivos electrónicos de almacenamiento, de forma que se reduce drásticamente la disipación de calor por efecto Joule. Este proyecto contará con 10.000 euros, aportados por Naturgy Energy Group SA.
Así, cabe recordar que las preguntas clave acerca del paradigma del almacenamiento de datos son: ¿Si el consumo sigue aumentando tendremos capacidad para alimentar esa demanda? ¿Y si podemos, ocasionaremos menos o más contaminación que la que queríamos evitar con la digitalización? Y la única respuesta válida es apostar por un futuro renovable.