Si estás en tu rincón de trabajo y no te concentras lo suficiente, puede que sea por el tipo de iluminación. No es que haya una luz mejor o peor, sino que todo depende del uso que vayas a hacer en cada espacio y de las necesidades que tengas en ese momento. En casa, a veces buscas tranquilidad y otras, ser más productivo. Por eso es fundamental conocer la diferencia entre la luz cálida, fría y neutra. A continuación, te contamos las claves de cada tipo para que aciertes con tu elección a la primera.
Para distinguir los tres tipos de luz, utilizamos los grados Kelvin, una unidad de medida que se refiere a la temperatura que tiene la bombilla. Ahora bien, aunque hablemos de temperatura, esto no significa que la luz fría emita frío y la luz cálida, calor. La clave está en el color que percibe el ojo humano y que cambia según los grados Kelvin.
Para que lo entiendas mejor, puedes utilizar la escala de la imagen:
Cuanto mayor sea la cifra de grados Kelvin, más fría será la luz, hablando de tonalidades.
Cuantos menos grados Kelvin, más cálida.
Entre los 3.800 K y 4.500 K es donde se encuentra la luz neutra.
Sabiendo estos valores es fácil identificar el tipo de luz, pero vamos a definir mejor cada una de ellas y a responder una de las preguntas más comunes: ¿se pueden combinar en casa?
Es aquella que se encuentra por debajo de los 3.000 K y que emite una tonalidad parecida al color ámbar, suave y tenue, por lo que propicia la tranquilidad. Un ejemplo de luz cálida es la que desprende una vela.
La luz fría es toda aquella que supera los 5.000 K. Es fácil reconocerla por el tono más azulado e intenso. Al ser más estimulante, se recomienda para aquellos espacios donde hay mucha actividad.
Es la que se encuentra alrededor de los 4.000 K y es la más parecida a la luz de un mediodía. Por eso, si buscas una iluminación natural, esta es la mejor opción. Otra característica es que no altera la percepción de los colores.
Elegir el tipo de luz de cada estancia es uno de los aspectos más importantes de la decoración. Si falla la iluminación, puede fallar todo lo demás. Con estos consejos, te ayudamos a sacar lo mejor de tu casa.
En estos ambientes buscamos sentirnos a gusto, relajados y con el máximo bienestar. Un tipo de iluminación cálida y suave es perfecta.
En el caso de las habitaciones, no hace falta contar con luces muy intensas salvo las lámparas de la mesilla de noche, en caso de que te guste leer antes de acostarte.
En el salón, puedes combinar una luz general cálida y algunos apliques en la pared, para resaltar cuadros o elementos decorativos. Si tienes una mesa, puedes colocar una lámpara de techo sobre ésta para reforzar este punto.
La mayor parte del tiempo que pasamos aquí es para preparar nuestras recetas favoritas, trabajar con los utensilios y a veces también para comer. Si quieres aprovechar al máximo la cocina, te recomendamos una luz general neutra, bastante parecida a la luz natural del día.
No obstante, sobre el área de cocina, es conveniente una luz fría, porque así tendrás mayor visibilidad para guisar y utilizar herramientas como los cuchillos con seguridad.
No olvides los interiores de los armarios y cajones. Un recurso muy útil son las tiras de luces led.
Prepararte cada mañana seguro que te hace empezar el día con buenas energías. Lo ideal en este espacio es una luz neutra, que aporte una gran luminosidad pero que no llegue a alterar demasiado los colores, alrededor de los 4.000 grados Kelvin. Si puedes, instala reguladores de intensidad, ya que el baño es un espacio multifuncional y éstos te permitirán encontrar la mejor iluminación para cada momento.
Mucha gente tiene su despacho o rincón de trabajo en casa pero, ¿cuenta con la luz adecuada? Como buscamos estimulación para ser más productivos y favorecer la concentración, en este caso es mejor apostar por la luz fría. Además, te ayudará a reducir la fatiga visual.
¿Sabías que el 9 % de la energía de casa se consume en iluminación? Si tienes control sobre las luces de tu casa, sabrás cómo utilizarlas para ser más eficiente y ahorrar en tu factura. Por eso queremos compartir contigo algunos consejos:
Ilumina tu hogar con lámparas de bajo consumo: las lámparas de clase A consumen 3 veces menos que las de clase G. Antes de comprar, fíjate en la clase energética y llévate a casa la opción más adecuada para el planeta y para ti.
Las bombillas que más duran son las led: entre 30.000 y 50.000 horas. Más vida significa más ahorro, porque no tendrás que cambiarlas con tanta frecuencia. Además, consumen un 80 % menos energía que las bombillas tradicionales, por lo que son altamente eficientes.
¿Necesitas iluminar cuadros o rincones concretos? En estos casos, donde interesa una luz de mayor calidad, puedes poner halógenos de bajo consumo o leds.
Si vas a apagar los fluorescentes por menos de 15 minutos: es mejor no hacerlo, pues consumen mucha energía al encenderse. Los mejores sitios para ellos son aquellos en los que el tiempo de uso es mayor.
Utiliza reguladores: para tener el nivel de iluminación adecuado en cada zona y en cada momento.
Si tienes un sótano, garaje o una despensa: los detectores con el encendido automático te ayudan a ahorrar energía.
Ya conoces las diferencias entre luz cálida, fría y neutra así que, si crees que necesitas un cambio en la iluminación de tu casa, aprovecha para hacerlo ahora.
Ahora solo falta saber qué prefieres tú. ¿Luz cálida, fría o neutra? ¿Cómo las distribuyes en tu casa? Si quieres contárnoslo, ¡te leemos!
