Su eje principal son unas redes eléctricas automatizadas y sobre todo sensorizadas, para convertirse en una red virtual de intercambio de flujos de energía en la que aparecen todos los agentes del sistema (consumidores, renovables, autoconsumo, recarga eléctrica…).
En este artículo vamos a analizar las ventajas de las Smart Grids y por qué los intercambios bidireccionales de energía benefician al sector eléctrico.
Las Smart Grids: el futuro
Partiendo de que las redes eléctricas demandan cambios que las preparen para favorecer los objetivos de descarbonización, y la evolución a una sociedad más avanzada, se analizan estas redes inteligentes poniendo el foco de atención en el hecho de que hay interacción por parte del consumidor.Las Smart Grids o redes inteligentes, a diferencia de las redes eléctricas tradicionales, incorporan sensores, herramientas informáticas y domóticas, junto a un equipamiento innovador y una gestión cada vez más tecnificada y basada en la analítica de datos, para conseguir una relación bidireccional entre la propia instalación y el usuario, que podrá comportarse como consumidor, generador, o como ambos.
La principal característica de las Smart Grids es que tienen la capacidad de realizar operaciones remotas y monitorizar el consumo, siendo éste accesible bajo demanda y no únicamente en la factura. Pueden obtener la información de todos los equipos de medida conectados a la red, además de transmitir la energía de manera eficiente, favorecen el intercambio de energía, permiten optimizar el consumo y garantizan un suministro seguro gracias no solo a la detección temprana de incidencias, sino a la anticipación a través de la inteligencia artificial. Todo esto convierte a estas Smart Grids en unas redes de futuro.
Beneficios de los intercambios bidireccionales
Este tipo de función se entiende mejor si comparamos el funcionamiento de una red eléctrica convencional con una Smart Grid.- Las redes convencionales no disponen de comunicación entre los suministros y los centros de control de las empresas de distribución eléctrica, responsables del funcionamiento de la red. Si hay comunicación, es unidireccional. En las Smart Grids la comunicación es bidireccional y genera interacción online con los consumidores.
- En las redes convencionales los medidores de energía son electromecánicos, y en cambio en las Smart Grids son digitales a través de los denominados Smart Meters. La automatización genera además un diagnóstico e incluso predicción del estado de los componentes de la red que mejoran las prácticas de operación y mantenimiento.
- En el modelo convencional la generación de la electricidad es necesariamente centralizada, mientras que en las Smart Grids puede ser centralizada, distribuida, o una combinación de ambas, lo cual permite establecer un intercambio de energía eficiente entre hogares cercanos.
Ventajas de las redes inteligentes
Con este tipo de redes, el usuario podrá consultar en cualquier momento el consumo que se ha registrado en su contador inteligente de forma online en el propio contador o accediendo a través del portal web de su compañía distribuidora. Esto facilitará que se pueda ajustar con precisión la potencia contratada a la necesidad real del usuario, ya que tendrá a su alcance toda la información. La cantidad de datos obtenida es infinitamente mayor que con el sistema de lecturas manuales, donde no existía registro horario de energía.Esto optimiza el consumo, que puede traducirse en ahorro económico y, por supuesto, energético. Consumir solo la energía necesaria en el momento oportuno será un gesto que agradecerá tu bolsillo y el planeta.
Además, el disponer de información de la instalación a distancia hará que los problemas sean más fáciles de detectar y predecir, con lo que se podrá actuar rápidamente y solucionar la incidencia con efectividad. El cliente no tendrá que avisar a la compañía distribuidora para que actúe, ya que gracias a la gestión remota el propio sistema reportará la incidencia a los centros de control donde se monitoriza el funcionamiento de la red.
Todos estos gestos contribuyen a una reducción del consumo y, por tanto, a las emisiones de CO2. Las Smart Grids o redes inteligentes son el camino hacia un futuro electrificado y sostenible, por ejemplo, favoreciendo la futura integración a la red de distribución eléctrica los sistemas para la carga de vehículos eléctricos.
Además, las Smart Grids son las facilitadoras de la necesaria integración de las energías renovables y la generación distribuida en el sistema de distribución y su relación con el usuario final. El sector eléctrico contribuye de manera activa a la consecución de los objetivos de descarbonización establecidos en la política energética.
La combinación de una economía altamente electrificada y la energía de generación renovable, no solo permite la descarbonización, sino que contribuye a la consecución de otros objetivos de eficiencia energética.
Usuarios generadores de energía
Los consumidores serán clave en este nuevo sistema, sobre todo en su calidad de prosumers, es decir, usuarios que serán a la vez consumidores y generadores de electricidad y que darán lugar a flujos de energía bidireccionales.La Directiva (UE) 2018/2001 del Parlamento Europeo y del Consejo de 11 de diciembre del 2018 relativa al fomento del uso de energía procedente de fuentes renovables, incluye en el artículo que los Estados miembros deben garantizar a los consumidores el derecho a producir, consumir almacenar y vender su propia energía renovable.
El papel de los prosumers favorecerá una mayor concienciación energética en la sociedad, aunque para lograr que este cambio de modelo tenga éxito, sus ventajas deben ser percibidas por el conjunto de la sociedad.
Las empresas especializadas en servicios energéticos también tendrán un papel clave al permitir optimizar sus decisiones ofreciendo nuevos servicios basados en las nuevas tecnologías.
En definitiva, las Smart Grids permitirán aumentar la independencia y la seguridad de suministro energético, reduciendo la dependencia de otras fuentes de energía como los hidrocarburos.
Esta transición energética, basada en la electrificación, la eficiencia, las energías renovables y la gestión activa de la demanda dará lugar a nuevas oportunidades de negocio y una participación más activa en el sistema energético, propiciando la aparición de nuevos agentes proactivos del sistema.
¿Quieres contribuir a ser uno de los agentes de cambio? Comparte este artículo con quien pueda interesarle el futuro del sector energético y el hecho de poder formar parte de la transición hacia un nuevo modelo sostenible.