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5 consejos para combatir el frío

23 MARZO 2024, SE LEE EN 8 MINUTOS

¿Sientes frío en casa, pero no quieres tener encendida la calefacción todo el día? El uso constante de la calefacción en casa en invierno es uno de los principales consumidores de energía. De hecho, según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), la calefacción representa el 47% del consumo energético en los hogares. Por eso, es interesante tener recursos y saber cómo puedes calentarte de otras formas para reducir la dependencia de la calefacción. En este artículo, te damos algunas soluciones para no pasar frío en casa. ¡No te lo pierdas!

Evita el frío en casa: 5 consejos para calentarse en invierno sin calefacción

Estar en casa y pasar frío es una de las peores sensaciones que se pueden tener. Para impedirlo, lo más habitual en la mayoría de hogares españoles es poner la calefacción. Sin embargo, esto presenta dos grandes inconvenientes. Por un lado, el consumo de energía se incrementa mucho, y la factura del gas se dispara en estos meses. Por otro lado, tener la calefacción puesta continuamente reseca mucho el ambiente, e incluso provoca más dolores de cabeza.

Ante esta situación, la pregunta que se hacen muchas personas es la misma: ¿Cómo se puede combatir el frío sin calefacción? A continuación, te damos algunos consejos para proteger la casa del frío que te ayudarán a estar calentito y ahorrar energía. ¡Toma nota!

El aislamiento es imprescindible para no pasar frío en casa

El aislamiento es clave para proteger la casa del frío y evitar que pierda el calor que ha acumulado. Revisa bien todas las ventanas porque, a veces, el calor se escapa por las juntas y pequeños resquicios. Para reforzar el aislamiento, puedes tapar todas esas pequeñas ranuras con cinta adhesiva, burletes, silicona o espuma de poliuretano. Repite esta operación en todas las ventanas, y también en aquellas zonas donde pueda haber grietas a través de las que se escape el calor.

Durante el día, mantén las persianas abiertas para que la luz del sol entre a través del cristal y eleve la temperatura de la casa. Cuando anochezca, es importante que bajes las persianas de la casa. De esta forma, evitarás que el calor acumulado durante el día se vaya, y la casa permanecerá caldeada más tiempo.

Otro elemento al que conviene prestar atención en invierno es la alfombra. Las alfombras no solo tienen una función estética, sino que en invierno pueden convertirse en tus mejores aliadas. La mayoría de alfombras son buenas aislantes, y hacen que el calor se mantenga mucho mejor. Además, la sensación de caminar por casa sobre una alfombra evita que tengamos contacto con el suelo más frío.

Si tienes un salón abierto en el que cuesta más retener el calor, también puedes optar por colocar tapices en las paredes. Su función es prácticamente la misma que la de las alfombras, y contribuyen a guardar el calor.

Vela por una buena distribución del calor: ventila rápido y aleja los muebles del radiador

Es importante ventilar la casa, estamos de acuerdo. Sin embargo, no conviene hacerlo igual en verano que en invierno. En épocas de frío, ventila durante un máximo de 5 o 10 minutos, y abre todas las ventanas prácticamente a la vez. Cuanto más tiempo permanezcan abiertas, más bajará la temperatura. Incluso aunque las ventanas que se abran estén en habitaciones distintas; es preferible abrirlas a la vez, de forma que la casa solo tenga ventanas abiertas durante el tiempo justo.

Te preguntarás por qué te aconsejamos alejar los muebles de los radiadores. ¿Sabías que los muebles, especialmente los de tela, tienden a absorber calor? Es decir, si tienes el sofá pegado al radiador, es probable que el calor que este emite no se esté distribuyendo bien al resto de la casa porque el propio sofá actúa como un obstáculo para ello. Si los retiras del radiador, el calor circulará mucho mejor y llegará a toda la estancia.

Mantén la temperatura corporal

Otra de las claves para combatir el frío sin calefacción es utilizar ropa térmica para estar por casa. En lugar de ponerte el pijama o el chándal, recurre a las camisetas y mallas térmicas. Este tipo de prendas ayudan a tu cuerpo a mantener el calor corporal en invierno gracias a su capacidad de regulación térmica.

Es decir, cuando tu cuerpo alcanza una buena temperatura corporal, la ropa térmica evita que el frío penetre porque absorbe la humedad, de forma que tienes la sensación de permanecer caliente durante más tiempo.

¿Sabes que las extremidades son las partes del cuerpo por las que más frío perdemos? Esta es la razón por la que, en invierno, se suelen quedar frías las manos y los pies antes que otras zonas. Por ello, es fundamental mantenerlos siempre calientes para no tener sensación de frío. Utiliza calcetines de lana y guantes para mantener el calor en las manos y los pies durante más tiempo.

Evita los contrastes térmicos fuertes

Cuando hace frío, lo que nos pide el cuerpo es una ducha bien caliente. Sin embargo, si te duchas con el agua a una temperatura muy elevada, el contraste térmico al salir será mayor, y volverás a tener frío en pocos minutos. En cambio, ducharse con agua templada hará que la diferencia de temperatura sea menor y, por tanto, tu cuerpo no tendrá tanta sensación de frío.

Algo similar sucede con la comida. Al igual que en verano nos apetece más comer ensaladas y platos frescos, en invierno el cuerpo necesita ingerir más calorías para mantener el calor corporal. Y esto, aunque no lo parezca, está muy relacionado con la cantidad de horas de luz. Durante los meses en los que hay más oscuridad, segregamos más cantidad de melatonina, una hormona que disminuye nuestra temperatura corporal y aumenta la necesidad de ingerir calorías para ayudar al cuerpo a mantener la temperatura más alta.

Cocinar platos calientes como sopas, cremas o guisos no solo te ayudará a entrar en calor, sino que proporciona a tu cuerpo esa energía. Además, durante el día, puedes ingerir bebidas calientes, como infusiones, en lugar de tomar solo agua y bebidas frías.

Conserva una temperatura óptima

Por último, te diremos que, los pequeños ratos en los que enciendas la calefacción, lo hagas a una temperatura adecuada según la distribución de tu casa, la humedad y la temperatura exterior. No es lo mismo estar a 20 grados de temperatura en una vivienda en Sevilla que en Galicia, así que, probablemente, la regulación de la calefacción no sea igual.

De forma general, se recomienda mantener la calefacción entre 19 y 21 grados durante el día, y bajarla a entre 14 y 16 grados de noche. Una vez se alcance esta temperatura, procura mantenerla aplicando todos los consejos que te hemos dado previamente. Así, reducirás considerablemente el tiempo durante el que la tienes encendida.

Como ves, hay muchas opciones que te ayudarán a no pasar frío en casa sin necesidad de calefacción. Estas prácticas no solo reducen considerablemente tu factura mensual, sino que son clave para ahorrar toda la energía posible. No olvides que cualquier granito de arena en pro de la sostenibilidad es importante para preservar nuestro planeta.

Por lo tanto, además de llevar a cabo estos consejos, asegúrate de realizar el mantenimiento adecuado para optimizar al máximo el consumo energético durante el invierno. ¡Adiós, frío!

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