Las energías renovables y no renovables: diferencias

Hoy en día, todo el mundo habla acerca de las energías renovables y no renovables. Pero, ¿entendemos realmente cuáles son sus diferencias? Y, sobre todo, ¿comprendemos las implicaciones que tiene sustituir las no renovables por las renovables a nivel económico, ambiental y social? A lo largo de este artículo te explicamos cómo distinguir ambos tipos de energía y cuáles son las claves de la transición. ¡Sigue leyendo!

¿Qué son las energías no renovables?

Las energías no renovables son aquellas que proceden de fuentes de energía limitadas; es decir, que se agotan con el paso del tiempo. Estas fuentes energéticas no se renuevan de forma natural, sino que se producen artificialmente para generar energía de manera continua. ¿Cómo? Principalmente, a través de la quema de combustibles fósiles, una práctica que ha traído consigo consecuencias muy negativas para el medio ambiente.

Existen dos grandes tipos de energías no renovables:

• Combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural)
• Energía nuclear

Durante el proceso de quema de combustibles fósiles se produce una alta concentración de gases de efecto invernadero como consecuencia de la combustión. A día de hoy, la evidencia científica demuestra que estos gases son muy nocivos para la atmósfera y, por tanto, para el futuro de nuestro planeta. 

¿Por qué? Por lo que comúnmente conocemos como efecto invernadero. Los gases contaminantes que se producen a la hora de generar energía se quedan atrapados en la atmósfera, lo cual produce que la temperatura global aumente progresivamente. 

De hecho, en el año 2023, el planeta era 1,36 grados Celsius más cálido que a finales del siglo XIX, tal y como confirma la NASA. Y, si no adoptamos soluciones rápidas y efectivas para paliar este calentamiento global, esta seguirá aumentando.

Entendiendo las energías renovables

Ahora que ya sabes lo que son las energías no renovables, es el momento de analizar las energías renovables. Es decir, todas aquellas que provienen de recursos ilimitados, que se renuevan de forma natural. 

La energía proviene de fuentes naturales que tienen capacidad para regenerarse a un ritmo mayor al que se consume. De esta forma, no es necesario llevar a cabo ningún proceso artificial para generar la energía, sino simplemente transformarla a partir de los recursos naturales y continuos.

La procedencia de las energías renovables es diversa, aunque las más habituales las encontramos en las siguientes formas:

• Energía solar, a partir de la absorción de radiación solar.
• Energía eólica, que aprovecha la energía cinética del viento.
• Energía térmica, según la energía térmica que encontramos en el núcleo terrestre.
• Energía hidroeléctrica, a partir del movimiento del agua. 

Sin embargo, estas no son las únicas fuentes de energía renovable. Adicionalmente, podemos obtener energía procedente de la materia orgánica (biomasa) y del mar, lo que se conoce como energía marina.

Principales diferencias entre ambos tipos de energía

Una vez hemos definido los dos conceptos de energía según su origen, es importante hacer una comparativa clara para ver cuáles son todas las diferencias entre ellas. Algunas de ellas son muy evidentes, pero hay otras diferencias indirectas que también conviene tener en cuenta.

Recursos ilimitados frente a agotados

Una de las diferencias clave entre las energías renovables y no renovables es que las primeras proceden de recursos naturales que están de forma ilimitada en la Tierra, mientras que las segundas se obtienen a partir de fuentes que se agotan. Por lo tanto, la capacidad de producción energética de las renovables es superior, en la medida en que se renuevan los recursos más rápido de lo que se agotan. 

Sostenibilidad

Producir energía a partir de fuentes no renovables tiene un alto coste medioambiental, un peaje que no tienen las energías renovables. Disponer de recursos naturales para obtener energía permite hacerlo de forma mucho más estable en el tiempo, puesto que no entran en juego procesos de producción industrial.

Contaminación ambiental

En línea con el punto anterior, las energías no renovables son mucho más contaminantes que las renovables, debido a la proliferación de gases de efecto invernadero derivada de su producción. 

Y, como hemos comentado antes, el efecto invernadero acelera el calentamiento global del planeta, lo cual, a su vez, trae consecuencias desastrosas para la diversidad y la supervivencia de las especies. 

Dependencia geográfica

Una de las cuestiones a tener en cuenta en las energías renovables es que, al proceder de los recursos naturales disponibles en cada país, no hay dependencia a la hora de importar la energía procedente de otras naciones, como sucede con el petróleo o el gas. 

La clave reside en que cada territorio identifique cuál es la fuente natural que más energía es capaz de producir y centre sus esfuerzos en ella. En España, por ejemplo, la energía solar es fundamental, debido a la gran cantidad de horas de sol diarias. 

Claves de la transición de energías no renovables a renovables

La Unión Europea ha marcado unas directrices muy claras en lo que respecta a la transición energética. Así se recoge en el Pacto Verde, una hoja de ruta común a todos los países europeos con la que se pretende lograr la neutralidad climática en 2050. Un objetivo ambicioso que requiere un cambio sustancial en muchos de los procesos y planes medioambientales de los distintos países. Y, sobre todo, una finalidad que, para que sea exitosa, exige que todas las naciones adopten prácticas orientadas en la misma dirección.

La optimización energética es fundamental para conseguirlo, pero no es el único aspecto en el que se deben centrar los esfuerzos. De hecho, para conseguir una transición energética más rápida y eficiente, hay que tener en cuenta las siguientes claves:

• Reducir las desigualdades que hay en el acceso a la energía. Para ello, la Organización de Naciones Unidas establece que es importante contar con sistemas de almacenamiento de energía disponibles para todas las comunidades que la necesiten, independientemente de dónde se encuentren.
• Coordinar los esfuerzos para agilizar la producción de energías renovables. 
• Adaptar la regulación normativa con el objetivo de proporcionar estabilidad a todas las empresas y entidades que quieran invertir en energías limpias y que, hasta ahora, no lo hacen por falta de seguridad jurídica.
• Fomentar la inversión en tecnología e I+D+i en el ámbito del desarrollo de energías renovables. La financiación es clave para dotar a los países de las infraestructuras que necesitan para multiplicar sus sistemas de producción de energía. 
• Promover el uso de energías renovables por parte de las instituciones. Para ello, una de las acciones principales podría ser ampliar las subvenciones a prácticas basadas en el uso de este tipo de energías. Y no solo eso, sino erradicar todas aquellas que existen hoy en día encaminadas a los combustibles fósiles. Uno de los ámbitos de aplicación más claros en este sentido es la movilidad. 

Empieza tu viaje de las energías no renovables a las renovables

Las grandes empresas energéticas debemos ser el espejo en el que la sociedad se mire. Por eso, en Naturgy tenemos un compromiso claro: tener cero emisiones en el año 2050, alineándonos así con los objetivos globales. Y, para ello, disponemos de un plan energético muy claro basado en renovables.

No obstante, adoptar una conciencia sostenible individual es el primer paso para notar sus efectos en toda la sociedad. Sabemos que cada granito de arena es importante para construir la montaña, y, por eso, ponemos a tu disposición diferentes planes energéticos sostenibles y adaptados a ti. Uno de los más importantes es la flexibilidad en la tarifa de la luz, mediante la cual puedes conseguir un rendimiento energético mucho mayor. 

¿Tú también eres una persona comprometida con las energías renovables? ¡Bienvenido/a al cambio!