Cada vez se habla más del hidrógeno verde, pero la buena noticia es que también se está consumiendo más. Según la Agencia Internacional de Energía, desde 1975 su demanda global como combustible se ha triplicado, hasta alcanzar los 70 millones de toneladas anuales en 2018.
En el año 2002, en su libro La economía del hidrógeno, el sociólogo Jeremy Rifkin afirmaba lo siguiente: "Está naciendo un nuevo sistema energético con el potencial de remodelar radicalmente la civilización. El hidrógeno es el elemento más básico y ubicuo del universo. Es el material de las estrellas y de nuestro Sol. Cuando se aproveche adecuadamente, será el combustible eterno".
Han pasado 20 años y esta energía limpia y sostenible no deja de despertar interés y de consolidarse como una de las claves para la transición energética. Por eso queremos responder las 5 grandes preguntas sobre el hidrógeno verde que muchos nos hacemos.
Afortunadamente, cada vez hay más caminos que nos llevan a conseguir cero emisiones de dióxido de carbono (CO2) y el uso del hidrógeno verde, con aplicaciones en ámbitos como la industria o el transporte, es uno de ellos. Si todavía no has oído hablar mucho de esta energía, es el momento de ponerte al día.
Este elemento está presente en la molécula del agua junto al oxígeno.
Además, también se encuentra combinado con otros elementos como el carbono, formando compuestos orgánicos.
Cerca de 3/4 partes de la masa del universo están constituidas por hidrógeno.
Al no encontrarse de forma libre en la naturaleza, el hidrógeno no es una fuente de energía primaria como los combustibles fósiles, el sol o el viento. Por eso se considera un medio para almacenar, transportar y consumir energía, es decir, un vector energético, como la electricidad.
Hasta ahora solo hemos hablado del verde, pero es posible que hayas oído hablar de otros tipos porque hay más, en función de la forma como se obtiene:
● Hidrógeno gris: se consigue a partir de hidrocarburos en procesos de reformado y lleva asociadas emisiones de CO2. Según la AIE, cerca del 75 % de los 70 millones de toneladas de hidrógeno producidas anualmente procede del gas natural.
● Hidrógeno azul: procede del hidrógeno gris, pero gestionando las emisiones de CO2 mediante el uso de tecnologías de captura. Es menos contaminante que el gris, pero no conlleva emisiones nulas.
● Hidrógeno verde: es el que se produce exclusivamente a partir de energías renovables y agua. Por eso es el más interesante, ya que es la única alternativa libre de emisiones.
El proceso químico se denomina electrólisis del agua y es muy sencillo: consiste en utilizar la corriente eléctrica para separar el hidrógeno del oxígeno que encontramos en el agua.
Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), obtener hidrógeno verde de esta forma supone un ahorro de 830 millones de toneladas anuales de CO2.
A modo de curiosidad, fue en 1800 cuando dos químicos británicos consiguieron la primera electrólisis. A partir de entonces, la industria empezó a trabajar con este método.
Este vector energético, potencialmente inagotable y limpio, tiene muchos puntos a favor:
● Es 100 % sostenible: por eso es clave para la descarbonización del planeta, ya que no emite gases contaminantes ni durante la combustión ni en el proceso de producción.
● Es almacenable: puede utilizarse después de producirlo porque puede almacenarse.
● Es transportable: puede mezclarse con el gas natural hasta en un 20 % para ser introducido en la red de gas y consumirse en otros lugares.
● Es muy versátil: puede utilizarse en muchas aplicaciones domésticas, industriales o de movilidad.
Lo cierto es que sí y, aunque se está trabajando para acabar con ellos, de momento conviene tenerlos presentes:
● Un coste elevado: la tecnología aún no ha conseguido una producción a gran escala con costes optimizados y mejoras en el proceso. Esto facilitaría un precio del hidrógeno más competitivo. Por otro lado, reducir los costes de la energía renovable también contribuirá a la mejora del coste del hidrógeno.
● Adaptaciones en los equipos: en algunos casos, los equipos que funcionan con combustibles fósiles necesitan adaptaciones para consumir cantidades de hidrógeno mayores. No obstante, se está trabajando para adaptar los equipos existentes y los nuevos equipos ya son capaces de admitir volúmenes altos.
A pesar de estos inconvenientes, seguir dependiendo del carbón o del petróleo solo significa una cosa: más CO2. Por eso, la UE tiene previsto invertir 400 mil millones de dólares hasta 2030 en la tecnología de la electrólisis con el objetivo de seguir progresando.
Asimismo, la AIE pronostica que la capacidad mundial de electrólisis podría multiplicarse por 56 en 4 años para dar respuesta a la demanda energética, que, según las últimas estimaciones, aumentará entre un 25 y un 30 % hasta 2040.
El mundo podrá ser distinto en esa fecha gracias a la descarbonización. Podrá ser más limpio, más eficiente y más sostenible. En definitiva, más verde.
A finales del 2021, en España se aprobó el PERTE ERHA, (Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica de Energías Renovables, Hidrógeno Renovable y Almacenamiento), que impulsará una línea de ayudas económicas entre 2022 y 2023 para proyectos que se lleven a cabo hasta 2026. Aquellos que se desarrollen con hidrógeno verde serán los que recibirán más apoyo económico (hasta 1.555 millones), ya que tienen una misión importante: descarbonizar sectores como el transporte, la industria siderúrgica o la industria química.
● En los vehículos eléctricos de transporte ligero, la batería ya ha demostrado un funcionamiento óptimo. Sin embargo, ¿qué pasa con los medios de transporte pesados como camiones de transporte de larga distancia, aviones o barcos? En estos casos, el uso de hidrógeno en pilas de combustible resultaría perfecto porque la carga eléctrica es muy complicada, por no decir casi imposible.
● En la industria siderúrgica, el hidrógeno verde puede sustituir el carbón para reducir los óxidos metálicos.
Tal y como refleja nuestro Plan Estratégico 2021-2025, hasta 2025 invertiremos 14.000 millones de euros en proyectos renovables y nuevos negocios como los gases renovables, el hidrógeno y también el biometano.
Como nos gusta compartir contigo nuestro día a día, hemos seleccionado estos dos casos para que los conozcas mejor:
● En colaboración con Enagás, impulsamos la mayor planta de hidrógeno de España, que se encuentra en León, en los terrenos de la central térmica de La Robla, clausurada en 2019 como parte de la transición energética. Las instalaciones producirán aproximadamente 9.000 toneladas de hidrógeno renovable al año.
● En Galicia, con el Centro Tecnológico EnergyLab, promovemos la “Unidad Mixta de Gas Renovable” que une el desarrollo de biometano con el del hidrógeno. Además, cuenta con la colaboración de EDAR Bens (la empresa pública supramunicipal que presta el servicio de depuración de aguas residuales en A Coruña, Arteixo, Cambre, Culleredo y Oleiros). En una primera fase (2016-2021) se ha investigado el uso del biometano generado por los lodos de una depuradora para su aplicación en la movilidad y en los usos domésticos. En la segunda fase (2021-2023), se estudiará la generación y la aplicación del hidrógeno verde procedente de aguas residuales.
Y tú, ¿sabías que Naturgy trabaja en estos proyectos? ¿Te gustaría conocer más datos como estos?
Sigue visitando nuestro blog para no perderte nada sobre el hidrógeno verde y todos aquellos temas que inspiran #BuenasEnergías.
