Y si hablamos de sostenibilidad, es inevitable pararse en un barrio que me hizo comprender y entender la importancia de ir adoptando hábitos sostenibles. Estamos en Hammarby Sjöstad, ¿os suena?
Antes había sido una zona industrial considerada un suburbio, pero han sabido darle una vuelta de 360º y convertirla en una zona sostenible y motivo de orgullo para todos los suecos. Los principales medios a nivel mundial también se han hecho eco de ello. The Guardian escribió “los suecos lideran las reformas en Europa” y el Financial Times publicó que solo el modelo nórdico “combina tanto equidad como eficiencia”.
Desde luego, es impresionante conocerla en directo y ver su sistema de reciclaje. Ellos separan los residuos en tres grupos: restos biológicos, papel y todo lo demás. Lo normal es que cada uno de los hogares cuente con un dispensador de basura para esa separación. Luego, a través de un sistema neumático, estos residuos se dirigen a los centros de procesamiento y allí se transforma en abono y papel triturado (los restos biológicos y el papel). La otra parte se quema en una planta de cogeneración del distrito para producir electricidad, agua caliente y calefacción en las viviendas. Y así, se aprovecha todo.
Para mí, fue como visualizar mi ciudad ideal del futuro, y no porque estén empleando las últimas tecnologías, que seguro que también, sino porque su diseño está concebido situando a las personas en el centro y empoderándolas para que actúen de manera responsable en relación con el consumo de sus recursos.
Por otra parte, uno de los compromisos más importantes en la ciudad es la reducción de la huella de carbono, que también ha llegado hasta el mundo empresarial. Recordemos brevemente que la huella de carbono mide la cantidad de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI). Hoy, casi todas las empresas medimos cuál es su valor para reducir los costes que implica el consumo de energía para iluminación, climatización, calefacción o transporte y, por otro lado, contribuir a la reducción de las emisiones de GEI y generar una mayor concienciación medioambiental.
Es muy difícil para una empresa luchar contra el cambio climático si no sabe en qué medida es responsable.
¿Cómo puedo saber cuál es mi huella de carbono?
Si tu pregunta ahora mismo es ¿yo también lo puedo hacer? La respuesta es, ¡por supuesto que sí! Y es que es fundamental que tanto la sociedad como las organizaciones tomen acción en estos aspectos. Diría más, creo que como sociedad tenemos el poder de manifestar nuestro interés por la sostenibilidad y así conducir una demanda cada vez más sostenible.
A continuación, te dejo un link para calcular vuestra huella de carbono. Sin duda, es un ejercicio muy potente que te puede ayudar a ver en qué medida estás impactando sobre el medio. Así podrás identificar posibles cambios, de manera que, aunque solo sea uno, sea suficientemente potente como para tener un impacto considerable en tu huella de carbono.
Accede a la calculadora de huella de carbono
Algunos cambios para empezar a reducir tu huella: elegir el transporte público, comprar productos de KM0, reducir el consumo de plástico o disminuir la cantidad de ropa de nuestro armario.
Tal vez, cambiar muchos aspectos de golpe cuesta así que es mejor evolucionar poco a poco e ir dejando que la sostenibilidad vaya ganando espacio en nuestra forma de pensar. Creo es más interesante y útil comprometerse de verdad con uno de esos cambios, para que se convierta en un hábito de #BuenasEnergías para ti y para el planeta.
Llega la hora de volver de Estocolmo pero antes, una última pregunta.Y tú, ¿cómo reduces tu huella de carbono?