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Las calderas de condensación se han consolidado en nuestros hogares ya que son claves para conseguir los objetivos climáticos de la Unión Europea. Además, desde el año 2015, es el único modelo que se fabrica.
¿Sabías que con la tecnología de condensación se puede reducir el consumo de energía un 25% y adaptar la potencia a las necesidades de cada hogar? Descubre cómo funcionan las calderas de condensación y todas sus ventajas antes de elegir un modelo para tu hogar.
¿Qué es una caldera de condensación?
Es un tipo de caldera que aprovecha el calor latente en los humos de la combustión durante la condensación, cuando el estado gaseoso se transforma en el estado líquido del agua.
Si queremos una definición más técnica podemos consultar la Directiva de Rendimientos 92/42/CE y el R.D. 275/1995, donde se especifica que una caldera es de condensación si ha sido diseñada para “condensar gran parte de los vapores de agua que hay en los gases de la combustión”.
Cuando la caldera no es de condensación, parte del calor latente es evacuada por los humos. Eso supone que la temperatura de los productos de combustión puede alcanzar hasta los 120 °C. En cambio, con la tecnología de condensación se recupera una gran parte del calor latente, lo que reduce la temperatura de los gases de combustión, que son de 45 °C o incluso menos.
La principal consecuencia de esto es que se limitan las emisiones de gases contaminantes, por lo que estamos ante uno de los sistemas de calderas más eficientes.
En las antiguas calderas, el calor se desprendía en forma de humo de modo que hasta un 35% del poder calorífico se perdía por las salidas de gases.
¿Las calderas de condensación son obligatorias?
Sí. El Real Decreto de Instalaciones Térmicas en Edificios (RITE) obliga a cualquier vivienda construida a partir de 2013 a instalar calderas de condensación. En 2015, La Unión Europea también aprobó la Directiva Europea de Ecodiseño y la Directiva de Etiquetado Energético, que solo permite la fabricación y comercialización de calderas de condensación.
¿Cómo funciona la caldera de condensación?
Sin embargo, en lugar de echar a perder ese poder calorífico, se recupera todo el calor y se emplea para tener agua caliente y calefacción. Vamos paso a paso para que recorras todo el proceso:
- La caldera se activa cuando el termostato de la calefacción detecta que la temperatura es más baja que la indicada por el usuario.
- El gas se mezcla con el oxígeno que entra por el tubo de entrada de aire.
- Gracias al ventilador, la mezcla de agua y aire sube hasta la cámara de combustión.
- Una pieza llamada bujía provoca una chispa esencial para prender el gas en el quemador y calentar la tubería que lo rodea.
- El humo de la combustión cede su calor a las tuberías para aprovechar toda la energía calorífica.
- La temperatura de los humos de salida baja. Parte del vapor de agua que iba a salir se condensa y vuelve por el tubo de salida a la caldera. Desde allí, sale por el desagüe.
- El agua caliente va por las tuberías de los radiadores o el suelo radiante, moviéndose por la acción de una bomba de calor.
Tipos de caldera de condensación
Hay muchos modelos pero a la hora de clasificar una caldera de condensación, se hace en función de:
Su posición:
- Calderas murales: son las que se fijan a la pared colgadas o se colocan en armarios de pared.
- Calderas de pie: se apoyan en el suelo.
Sus características:
- Calderas de calefacción: proporcionan calor al circuito de radiadores o al suelo radiante.
- Calderas mixtas: para calefacción y agua caliente sanitaria (ACS). Son las más demandadas para los hogares.
Según el tamaño: Esto depende de la potencia de la caldera que se necesita. Aquí te dejamos una tabla con algunas recomendaciones.
Ventajas de la caldera de condensación
Aunque hay diferentes tipos de calderas de condensación, todas ellas destacan por estas características:
Mayor rendimiento
El rendimiento de un modelo de caldera normal es de un 90%, pero las calderas de condensación alcanzan hasta el 110% ya que aprovechan el humo de la combustión para mantener el calor de las tuberías.
Menor consumo de gas
Menor consumo de gas Al utilizar el humo de la combustión se necesita menos gas, por lo que el consumo se reduce entre un 15% y un 30%. Esto lo notarás en la factura del gas y la inversión en la compra de este equipo se verá amortizada en pocos meses.
Cuidado del medio ambiente
Una caldera de condensación reduce un 70% las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y de óxidos de nitrógeno (NOx), por lo que es uno de los sistemas más respetuosos con el planeta.
Se adapta a la vivienda
Es decir, regulan la potencia según la demanda de cada hogar. Por ejemplo, si todavía no ha llegado el frío intenso y solo demandamos energía equivalente a un 50%, la caldera puede funcionar al 50%.
Con los antiguos modelos, aunque solo necesitaras el 50%, la caldera seguía dando el 100% de la energía, haciendo un consumo mayor del necesario.
Más silenciosas
Como funcionan sin paradas, no escucharemos el sonido típico explosivo de encendido y apagado de una caldera.
Diferencia entre caldera estanca y caldera de condensación
La caldera de condensación es un modelo más actual que la estanca. La principal diferencia es que la estanca tiene una cámara que es completamente hermética y en su interior, tiene lugar la combustión del gas. A través de unos tubos con un ventilador se conecta al exterior para forzar la entrada de oxígeno y la salida de los gases.
Las mejores calderas de condensación
Si buscas la mejor caldera de condensación deberás fijarte en estos factores:
- La marca: un primer paso si tienes duda sobre qué modelo elegir puede ser fijarte en la reputación que tiene la marca en el mercado o los años de garantía que te ofrece.
- Los materiales: en una caldera de alta gama, los componentes como el quemador o la cámara de combustión son de acero inoxidable o aluminio-silicio.
- Si es una caldera modulante: en ese caso, gasta menos energía que los modelos sin modulación ya que puede autorregularse para consumir menos energía cuando ya se ha calentado el agua por primera vez.
Recuerda que las calderas de gas deben pasar una revisión cada dos años. El propietario es responsable de su cumplimiento, como indica el RITE (Reglamento de las Instalaciones Térmicas en los Edificios).
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