Todos intentamos reducir el consumo eléctrico en nuestras casas. Pero, ¿dónde apagar o restringir el uso? Porque, lo mires como lo mires, hay ciertas actividades que son inevitables. ¡Cómo vas a alimentarte si no cocinas! Por supuesto, la eficiencia energética no va de dejar de lado tu bienestar, va de racionalizar tus actividades. Y de tener mucha información sobre el consumo de los distintos aparatos. Hoy analizamos cuánto gasta la vitrocerámica, uno de esos electrodomésticos imprescindibles.
¿Qué es una vitrocerámica?
Desde que el ser humano descubrió el fuego y empezó a usarlo para cocinar, los sistemas para alimentar los fogones han ido evolucionando. De la leña al carbón y de este a distintos tipos de gas, hasta llegar a la aparición de las cocinas eléctricas. Sin duda, en este punto ha supuesto una gran revolución, con la irrupción de las placas de vitrocerámica y las de inducción.
Pero, aunque su apariencia pueda llevar a la confusión, porque visualmente son muy similares, lo cierto es que son cocinas distintas. Empecemos por señalar lo que tienen en común. En ambos casos, se trata de placas de cocción de vidrio que funcionan con electricidad. Un sistema muy seguro, cómodo y fácil de limpiar, además de otras prestaciones como su alta eficiencia energética.
Sin embargo, como decíamos, una vitrocerámica y una cocina de inducción no son lo mismo. Mientras la vitrocerámica tiene una resistencia eléctrica bajo el vidrio, la inducción funciona mediante ondas electromagnéticas, que no calientan la superficie de la placa, sino el fondo metálico de las ollas o sartenes. Por este motivo, para cocinar con inducción es imprescindible disponer de cacerolas especiales, que contengan hierro, o no pueden ser detectadas.
Por último, habría que citar un último tipo de vitrocerámica, las que utilizan gas o tienen un sistema mixto, que combina fuegos a gas y de inducción o por resistencia eléctrica. Están entrando con fuerza como nueva tendencia en cocinas. Pero, en esta ocasión, no vamos a prestarles atención, porque lo que nos interesa es hablar del consumo eléctrico al cocinar.
Ventajas de usar una vitrocerámica
Las vitrocerámicas que funcionan mediante resistencias eléctricas fueron las primeras en aparecer. Por eso, se ha utilizado este término por extensión para nombrar a todas las placas eléctricas. Evidentemente, ha habido una evolución que ha revertido en más ventajas para quienes se deciden a usar una vitrocerámica.
- Las vitrocerámicas tienen un precio más barato.
- Son muy duraderas.
- Ocupan poco espacio.
- Su manejo es muy sencillo.
- El calor se distribuye de forma uniforme por la superficie, lo que favorece el cocinado de los alimentos.
- Se puede cocinar con cualquier tipo de menaje.
- La temperatura de cocción se regula fácilmente y de manera muy precisa.
- La limpieza de una vitrocerámica es muy cómoda, ya que son superficies lisas y sin ranuras por las que se pueda colar la suciedad. Eso sí, a diferencia de las placas de inducción que no se calientan, en la vitrocerámica debes esperar a que se enfríe para limpiarla.
¿Cuánto consume una vitrocerámica?
Analizadas las ventajas de usar una vitrocerámica en general, nos centramos ahora en el asunto clave: ¿cuánto gasta la vitrocerámica? Como punto de partida, según los datos del IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía), el gasto de una vitrocerámica oscila de medida entre los 1200 y 2500 W/h. Por lo tanto, si te preguntas cuánto gasta una vitrocerámica a la hora, el tiempo que se calcula necesitas encenderla al día, serían unos 1,5 kW por placa y teniéndola a máxima potencia.
Ya sabes, para traducir estos números en euros, solo tienes que multiplicarlo por el precio del kWh en la franja horaria que utilices tu placa. Y, claro, teniendo en cuenta las oscilaciones del precio de la luz y el tipo de contrato que tengas. A modo de ejemplo, hemos hecho el cálculo de lo que gasta una vitrocerámica al año:
- Si pones la placa a máxima potencia (unos 2,5 kW) serían entre 200-300 euros anuales.
- Si usas los fuegos menos potentes (1,2 kW), unos 95-150 euros en 12 meses.
Pero, como te decíamos, estos importes son una mera referencia, en lo que te interesa fijarte es en el consumo de una vitrocerámica en kWh. Y, después, compararlo con cuánto consume una placa de inducción, que son las otras cocinas eléctricas similares. Así, el cálculo medio de cuántos watts consume una placa de inducción es de unos 1500 y 2000 W/h, usando la misma referencia del IDAE.
¿Más eficiencia energética con una vitrocerámica o con inducción?
En principio, puedes deducir que consumen menos las placas de inducción que las vitrocerámicas. En las mismas condiciones, media hora de vitrocerámica son unos 0,21 € , usando el precio medio de la electricidad en septiembre del año pasado y 0,16 € con inducción. Esto es, la inducción consume entre un 20%-40% menos que la vitrocerámica.
Esta diferencia tiene que ver con el funcionamiento entre ambas placas eléctricas. Hay que recordar que la vitrocerámica se calienta progresivamente, más despacio, mientras la inducción es más rápida. Pero, ten en cuenta que eso también se traslada al enfriamiento, de forma que, con la inducción, no puedes aprovechar calor residual para cocinar tras apagar el fuego y con la vitrocerámica sí.
Al final, son varios los factores que tendrías que valorar, porque la inducción consume menos, pero es más cara y te obliga a comprar un menaje específico, que no es precisamente barato. Y, además, te da menos juego si eres un cocinillas, de los que disfrutan en los fogones.
¿Qué gasta más, el horno o la vitrocerámica?
El otro elemento esencial de nuestras cocinas es el horno, probablemente, junto a los microondas. Hay ocasiones en las que puedes dudar entre cocinar una receta en la vitrocerámica o en el horno, no por el resultado a nivel de paladar, sino porque una opción sea más barata que la otra. Por si lo desconocías, el horno está considerado como el electrodoméstico con mayor consumo vatios por hora, 600 Wh. Piensa que, generalmente, se hornea o asa a altas temperaturas, lo que requiere de mucha electricidad para alcanzar esos grados.
Sin embargo, de nuevo hay que analizar otros factores antes de concluir si gasta más un horno o una vitrocerámica. Para empezar, influye el nivel de eficiencia de tu aparato. Por supuesto, la temperatura que programes, el tiempo de cocinado y la cantidad de alimentos. En el horno te interesa meter grandes cantidades de alimentos a la vez, para aprovechar el gasto. Y, nada de estar abriendo constantemente la puerta, lo único que consigues es bajar la temperatura interior.
Consejos para reducir lo que gasta la vitrocerámica
Después de tanto dato y cifra, puede que no te hayas aclarado sobre cuánto gasta una vitrocerámica. Pero, aquí siempre vamos a ofrecerte informaciones prácticas y que realmente te sirvan para aplicarlas. Por eso, sigue estos trucos y reducirás el gasto de tu vitrocerámica:
- Utiliza sartenes y ollas con el diámetro ajustado al de los fuegos de tu vitrocerámica.
- Apaga el fuego 5-10 minutos antes de que acabe el cocinado, así aprovechas el calor residual.
- Si tu vitrocerámica tiene temporizador, acostúmbrate a usarlo, as ajustas al máximo el tiempo de cocinado.
- Cocina con tapas para conservar el calor y aprovechar el vapor, necesitarás menos potencia y menos tiempo para la misma receta.
Un último consejo muy importante, mantén tu vitrocerámica en las mejores condiciones, eso siempre es determinante para optimizar su eficiencia energética. Recuerda que en Naturgy puedes contratar un servicio de reparación eléctrica para los electrodomésticos de tu casa al mejor precio y con las máximas prestaciones.