El confort aportado y la eficiencia energética se han convertido en dos factores esenciales a la hora de elegir el sistema de climatización para hogares y negocios. De ahí que los HVAC se hayan popularizado tanto en los últimos años.
HVAC, ¿qué es?
Este acrónimo hace referencia a Heating, Ventilation and Air Conditioning. Es decir, un conjunto de tecnologías que sirven para controlar la temperatura, la humedad y la calidad del aire en los espacios interiores.
Un sistema HVAC es mucho más que un simple aire acondicionado. ¿Por qué? Porque integra diferentes componentes que trabajan de forma conjunta para aportarnos calefacción en invierno, refrigeración en verano y ventilación durante todo el año. Además, son capaces de filtrar el aire para eliminar polvo, polen y otros contaminantes, dando como resultado un aire interior de mayor calidad que cuida de nuestra salud. Su objetivo es hacer que nuestros hogares y/o negocios sean más confortables y saludables.
¿Para qué sirve HVAC?
Se trata de un conjunto integrado de tecnologías que son capaces de trabajar en armonía para:
Controlar la temperatura
Las instalaciones HVAC permiten mantener una temperatura agradable en el interior de los edificios en cualquier época del año. Así, como usuario, disfrutas de un espacio cálido y confortable durante el invierno y de un lugar fresco y agradable durante el verano.
Control de la humedad
Regulando bien la temperatura se controla mejor la humedad interior, lo que aumenta la sensación de confort a la vez que previene la aparición de problemas como el moho, que son muy nocivos para la salud.
Ventilar y mejorar la calidad del aire
El HVAC renueva el aire interior asegurándose de que el aire fresco que llega desde el exterior esté libre de alérgenos y de contaminantes.
¿Cómo funciona un sistema HVAC?
Para entender mejor el HVAC qué es y cómo funciona, es importante conocer los elementos que lo integran:
Unidad de calefacción
Se encarga de generar calor en invierno y puede ser una caldera de gas, una bomba de calor eléctrica u otro sistema capaz de producir calor. Lo que hace es calentar el aire y distribuirlo por todo el espacio a través de conductos.
Unidad de refrigeración
Como ya imaginas por su nombre, es el componente que enfría el aire en verano. Lo habitual es utilizar un aire acondicionado que mediante refrigerante absorbe el calor del aire y lo enfría, distribuyéndolo después por el espacio interior a través de los conductos.
Unidad de ventilación
Renueva el aire interior y elimina los contaminantes. ¿Cómo? Introduciendo aire fresco desde el exterior, y extrayendo el viciado del interior.
Además, las instalaciones HVAC de última generación incluyen filtros que purifican el aire antes de su recirculación, lo que garantiza un ambiente más saludable.
Termostato
Es el dispositivo que se encarga de controlar la temperatura en el interior: detecta cuál es la temperatura ambiente, y la compara con la deseada que hemos indicado nosotros como usuarios. Si no hay coincidencia, activa el sistema de climatización que corresponde en función de si hay que calentar la estancia o refrigerarla.
Conductos
Distribuyen el aire caliente o frío por todo el espacio. Cabe destacar que, si queremos mejorar la eficiencia del HVAC, estos conductos deben estar bien aislados, a fin de que no se produzcan pérdidas de energía.
Difusores y rejillas
Se encargan de dejar entrar el aire a los espacios. Así, si queremos que la distribución del aire sea lo más uniforme posible, los difusores y rejillas tienen que estar ubicados estratégicamente.
Filtros de aire
Limpian el aire procedente del exterior, eliminando polvo y otros contaminantes antes de que ese aire llegue a las estancias.
Un trabajo en equipo perfecto
Ahora que ya conoces sus elementos, te resultará mucho más sencillo entender su funcionamiento, que es el siguiente:
- El termostato detecta la temperatura ambiente y la compara con la temperatura deseada indicada por el usuario.
- Si es inferior, activa la unidad de calefacción.
- Si es superior, pone en marcha la unidad de refrigeración.
- La unidad activada genera aire caliente o frío, según corresponda.
- Ese aire se distribuye a través de los conductos y llega a las estancias mediante los difusores y rejillas.
- Las rejillas y conductos también se encargan de extraer el aire viciado de los espacios interiores.
- Los filtros de aire, por su parte, se encargan de que el aire obtenido desde el exterior esté libre de partículas nocivas antes de esparcirse por el interior.
Instalaciones HVAC: claves para un sistema eficiente
La eficiencia de un sistema HVAC no solo depende de la calidad de sus componentes, también influye mucho la instalación. Y es que si esta no se ha llevado a cabo de forma correcta, el correcto funcionamiento del sistema puede verse afectado, dando lugar a un mayor consumo de energía y a una reducción de su vida útil. Por ello, durante la instalación debes prestar atención a estos aspectos:
Diseño adecuado del sistema
Es recomendable hacer un cálculo preciso de las cargas térmicas del edificio para dimensionar correctamente los equipos de calefacción y refrigeración. No queremos que se queden "cortos", pero tampoco nos interesa que estén sobredimensionados, porque no les vamos a sacar partido y aumentaremos nuestro consumo energético.
Además, la red de conductos y la ubicación de las rejillas y difusores también debe planificarse de forma cuidadosa. Por ello, lo más adecuado es evitar en todo caso las zonas con exceso o falta o flujo de aire, para conseguir que el ambiente sea confortable.
Los técnicos también deben prestar especial atención a la ubicación de los equipos de climatización, para garantizar un funcionamiento óptimo y facilitar su mantenimiento.
Selección de equipos de alta eficiencia
Al elegir los equipos que van a conformar tu sistema HVAC, ten en cuenta la calificación energética de los mismos, porque a la larga te puede ahorrar mucho dinero.
Además, puedes combinar los componentes de esta instalación con otras tecnologías innovadoras que aumenten su eficiencia, como por ejemplo los sistemas de zonificación, o las bombas de calor.
Aislamiento y sellado
Al explicar el HVAC, qué es, hemos visto que su objetivo prioritario es mejorar el confort térmico y la eficiencia energética de hogares y negocios. Por eso, tan importante como la planificación de la instalación y la elección de equipos de calidad es hacer un buen aislamiento y sellado de los conductos para evitar posibles pérdidas de calor o frío.
¿Cómo puedes conseguir todo esto? Fácil, confiando la instalación a profesionales cualificados y con amplia experiencia en este tipo de trabajos. A estos profesionales debes encargarles también el mantenimiento del sistema HVAC para garantizar un buen funcionamiento y una larga vida útil del mismo.
Ventajas de un sistema HVAC en el hogar y empresas
Las instalaciones HVAC ofrecen numerosas ventajas, entre las que te destacamos las siguientes:
- Proporcionan un ambiente interior confortable a lo largo de todo el año.
- Mejoran la calidad del aire interior.
- Son energéticamente eficientes, lo que reduce los costos energéticos de la casa o negocio a largo plazo.
- Le aportan más valor de mercado a la propiedad.
Aunque su instalación supone una importante inversión, esta se recupera a largo plazo gracias a la eficiencia energética que conseguimos. Además, estos sistemas tienen un menor impacto ecológico, porque utilizan refrigerantes más respetuosos con el medio ambiente y consumen menos energía que los sistemas antiguos. De esta manera, se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero y se contribuye a luchar contra el cambio climático.
Ahora ya sabes qué es el HVAC, y que se trata una buena elección para tu hogar o negocio. Una inversión inteligente que te va a aportar confort y eficiencia energética y que te permite acceder a una climatización más sostenible. Si quieres saber más sobre soluciones energéticas, ya sabes que en Naturgy estamos siempre a tu disposición.