La biomasa como fuente de energía, ¿es rentable?
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Biomasa 9 mayo, 2016
Entre los distintos combustibles que podemos encontrar a la hora de obtener la energía térmica necesaria para las actividades diarias se encuentra la biomasa. En un sentido amplio, por el término de biomasa se entiende toda aquella materia de origen orgánico que es susceptible de ser aprovechada para distintas aplicaciones. Desde un punto de vista energético, nos referimos a aquellos productos que pueden ser utilizados en equipos y sistemas de combustión para obtener energía térmica y ser utilizada directamente o transformada en energía eléctrica para otras aplicaciones.
La biomasa se encuentra a disposición de los usuarios bajo diferentes formas. Desde sacos de bajo peso para aplicaciones domiciliarias hasta grandes bigbags con casi una tonelada de producto o servicios de distribución a granel para grandes consumidores. Aunque ya no es una novedad encontrarnos con calderas que utilizan pellets, briquetas o astillas como combustible, se plantean cuestiones sobre su rentabilidad o idoneidad.
El precio de los combustibles
El precio de los distintos combustibles o sistemas de generación de calor varían en función de varios parámetros y principalmente del precio del barril de petróleo, ya que este índice es utilizado en diversos mercados para fijar precios. Además, el petróleo es el origen del gasóleo, el fuelóleo y de los gases licuados de petróleo (butano y propano), usados en multitud de calderas.
Actualmente, los precios del barril Brent, están en torno a los 40 dólares, un precio irrisorio si lo comparamos con el coste de mediados del 2008, cuando el barril alcanzaba los 140$. Las variaciones son importantísimas incluso en cortos periodos de tiempo. El 20 de enero de este año la cotización se fijaba en 26,7$ mientras que a 12 de abril del 2016 rondaba los 41,8$.
Estas variaciones afectan directamente al precio del gasóleo, el fuelóleo de los gases licuados del petróleo. A pesar de ello, todavía podemos establecer varias premisas:
- El sistema de generación de calor más caro es el que utiliza la electricidad de forma directa. Lo que comunmente se conoce como calefacción eléctrica. Utiliza un efecto físico llamado efecto Joule, por el cual cuando circula corriente eléctrica por un conductor se genera calor.
- El gasóleo es uno de los productos más utilizados, presenta el inconveniente de requerir almacenamiento, y requiere el pago a priori, antes de realizar el consumo.
- La generación de calor mediante bomba de calor es una opción interesante, pero hay que tener en cuenta que su rendimiento disminuye cuando la temperatura exterior es baja. En días fríos la bomba de calor tiene que trabajar mucho más y el precio del kWh se dispara.
- El gas natural es un combustible barato y a diferencia del gasóleo no se obtiene directamente del petróleo. Su precio por unidad de energía ha sido inferior al precio del gasóleo durante los últimos 15 años.
- Los pellets en particular y la biomasa en general tienen un coste similar al gas natural, siendo los combustibles más económicos. Hay que tener en cuenta que la cantidad de energía proporcionada por distintos tipos de biomasa es muy variable, así como las impurezas que contiene.
¿Es rentable la energía de biomasa?
A la hora de evaluar la rentabilidad de la biomasa o de cualquier otro combustible habrá que considerar también otros factores:
- Limpieza del combustible y su facilidad de utilización
- Necesidad de almacenamiento. ¿Cuánto cuesta el espacio dedicado a almacén?
- Facilidad de suministro
- Estabilidad de los precios
- Posibilidad de contar con combustible barato, o gratis en el entorno cercano
Para poder establecer un comparativo entre los distintos tipos de tecnologías para generar energía térmica, como la energía biomasa, además del precio del combustible, sería necesario contemplar factores relacionados con el coste de las instalaciones auxiliares, de los equipos de generación, de los espacios destinados al almacenamiento de combustible, del propio precio del combustible e incluso, se deberían incluir las externalidades asociadas a la obtención o generación de los mismos, como los impactos ambientales generados o la contribución a la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera.