Normativa de gas R22: todo lo que tienes que saber
Climatización 30 mayo, 2016
El gas R22 también es conocido como clorodifluorometano, es incoloro y se ha utilizado durante años en los equipos de refrigeración porque cuenta con un punto de fusión muy bajo (-157ºC). Se encuentra dentro de los denominados HCFC’s, hidroclorofluorocarbonos o gases fluorados y son son responsables en parte de la destrucción de la capa de ozono que rodea nuestro planeta y que permite la vida tal como la conocemos.
Por estos motivos, la Unión Europea se inspiró en el Reglamento 1005/2009 sobre sustancias que inciden en la capa de ozono para establecer un calendario orientado a la total eliminación de este tipo de compuestos en todas las instalaciones de climatización. En España, esta normativa tomó la forma del Real Decreto 765/2010 de 16 de junio, en el que se regula la comercialización y manipulación de estos gases fluorados R22 y los equipos que se basan en ellos, además de la certificación de los profesionales que los utilizan. Esta normativa regula además las condiciones en que debe realizarse la manipulación de estos compuestos, que pueden llegar a ser muy peligrosos.
¿Cuáles son los plazos impuestos por la normativa de gas R22?
La legislación europea incorporaba una serie de hitos temporales para una eliminación progresiva de los hidroclorofluorocarbonos:
- A partir del 1 de enero de 2010 se prohíbe la utilización de estos gases vírgenes en las instalaciones tanto para revisiones como para recargas y mantenimientos.
- Hasta el 31 de diciembre de 2014 se permite la reutilización de estos gases R22 recuperados de los equipos del mismo titular o regenerados.
- A principios de 2015 queda prohibida la manipulación de cualquier gas de este tipo, incluyendo, por supuesto, el R22. Los equipos podrán seguir operativos mientras que no sea necesario recargar el gas.
¿Cómo proceder a la eliminación de los gases fluorados?
El desmantelamiento de estos equipos y la recogida de los gases tiene que hacerse por una empresa debidamente acreditada que se responsabilizará de recoger los productos peligrosos y entregarlos a un gestor de residuos debidamente acreditado para su definitiva eliminación. La responsabilidad de cumplir la normativa recae en el titular de la instalación, o sea, en el propietario del equipo, que tiene que velar porque las prescripciones que se recogen en los diferentes reglamentos a los que se somete se cumplan. Por eso, es muy importante que cuente con la colaboración y el asesoramiento de profesionales que estén debidamente acreditados para realizar este tipo de tareas.
Además, mientras los equipos sigan usando este tipo de gases es necesario establecer un procedimiento de control de fugas para detectar cualquier escape. La normativa de gas R22 habla de la frecuencia y el alcance de estas inspecciones en función de las cantidades de refrigerante utilizadas y los plazos máximos para subsanar los escapes.
También es necesario cumplimentar los “libros de registro” que deben tener un mantenimiento correcto a través de los datos requeridos por la norma. Además, tienen que estar custodiados por el titular de la instalación. Esta es la información que tienen que contener:
- Identificación del equipo o circuitos.
- Cantidad y tipo de gases instalados en cada equipo.
- Cantidad de refrigerante añadida.
- Cantidad de refrigerante recuperada durante el mantenimiento, reparación y eliminación definitiva.
- Identificación de la empresa y técnico que llevó a cabo el mantenimiento o reparación.
Fechas y resultados de los controles de fugas y de los controles de los sistemas de detección de fugas.