La rapidez, la comodidad a la hora de limpiar, el ahorro o la eficiencia energética. Son muchos los motivos que podemos valorar a la hora de escoger un tipo de cocina y todos ellos son igual de válidos. ¿Gas, inducción o vitrocerámica? Repasaremos las claves de estos tres tipos de cocina para que puedas decidirte mejor si vas a comprarte una o a renovar la que ya tienes. Eso sí, te avanzamos que no existe la cocina perfecta: todo depende de lo que busques.
Dime cómo eres y te diré qué cocina necesitas
Hemos adaptado este popular refrán porque queremos recordarte que el tipo de cocina depende de tus prioridades o de tu estilo de vida. Así de fácil y así de complicado si no conoces las opciones disponibles. Y para eso, vamos a echarte una mano. Para empezar, hay dos grandes tipos de cocina según la energía que utilizan:
A gas: son las más eficientes. Cocinar así es seguro y te permite regular la llama para obtener la temperatura deseada. Dicen que la comida queda más rica.
Eléctricas: a su vez, pueden ser con placa vitrocerámica o placa de inducción. También son seguras, fáciles de limpiar y muy rápidas a la hora de calentar.
Sin embargo, el mundo de las cocinas no acaba aquí. A continuación, compartimos las ventajas y desventajas de los tres tipos.
¿Su principal rasgo? Se alimentan de gas butano o gas natural, por lo que son las más económicas. Además, algunos cocineros solo quieren trabajar con este tipo de cocina porque consideran que los resultados de cocción son mejores. ¿Y tú? ¿Has cocinado así alguna vez?
Ventajas:
No dependen de la electricidad: si en algún momento hay un apagón, podrás seguir usándola sin interrupciones.
Son muy versátiles: puedes utilizar cualquier tipo de menaje, incluyendo los utensilios que son de hierro, barro o acero inoxidable.
Desventajas:
La limpieza: tendrás que desmontar todos los componentes si quieres conseguir un acabado perfecto.
Funcionan a través de un fenómeno conocido como “inducción electromagnética”. Pero, ¿cómo es el proceso?
Para empezar, las placas de inducción contienen un imán muy potente que se activa con electricidad. Entonces se crea un campo magnético que transmite el calor hacia el recipiente que hay justo encima.
Este modelo es el más reciente y su precio suele ser más elevado. Sin embargo, a largo plazo, consume menos energía que las vitrocerámicas. El ahorro de la inducción es de hasta un 30% de energía, por lo que también se considera una cocina muy económica y sostenible.
A pesar de la cocción, la placa apenas se calienta. Esto es así porque gracias a su tecnología, no hay prácticamente fugas de calor y se aprovecha toda la energía para cocinar.
Ventajas:
La seguridad: con la inducción, las quemaduras son casi imposibles. Si quieres sentirte protegido, es la mejor opción.
La rapidez: consiguen altas temperaturas en muy poco tiempo.
La limpieza: el hecho de que la superficie sea lisa y que no se sobrecaliente (lo que evita que los restos de los alimentos se carbonicen en la placa), facilita la limpieza.
Desventajas:
Necesitan menaje específico: los utensilios (ollas, sartenes…) deberán llevar un fondo ferromagnético. Es el requisito fundamental para que la cocina funcione.
El sistema de inducción, por el que el recipiente se calienta si hay contacto y la placa no se calienta, no produce calor residual. Además, sin contacto con la base del recipiente, la placa de inducción no se enciende. Por eso, el salteado o el guiso a fuego vivo no son métodos recomendables para este sistema. Quizá este sea el motivo por el que muchos restaurantes prefieren las cocinas a gas.
Antes de la inducción, llegó la vitrocerámica y supuso toda una revolución en las cocinas. Para muchos, todavía sigue siendo la opción favorita. ¿Cómo funcionan? En este sistema de cocción eléctrica, el calor se genera a través de una placa lisa de cerámica vitrificada que se calienta gracias a unas resistencias que hay debajo.
Ventajas:
Calienta de manera progresiva: lo cual puede ser positivo para algunos alimentos o, por ejemplo, para el café de las mañanas. Cuanto más tarda en calentarse y más tiempo está el café en contacto con el agua, más sabroso resulta.
La placa permanece caliente al terminar de cocinar: podrás aprovechar el calor residual.
Es más económica que la inducción: si buscas una cocina para segundas residencias, podría ser una buena alternativa.
Puedes usar cualquier recipiente: aunque es mejor evitar materiales como el hierro y el barro, que pueden dañar la placa.
Desventajas:
Su consumo de energía es más elevado que el de una cocina de inducción, ya que tarda más tiempo en calentar. Las resistencias eléctricas también necesitan más energía para calentarse.
El cristal es delicado: si vas a usar mucho la cocina, deberás cuidarla y utilizar productos de limpieza específicos.
Aunque hemos repasado todos los pros y los contras de los distintos tipos de cocina, quizá aún tengas dudas, por lo que te daremos algunas claves:
Si lo tuyo no es cocinar o tienes poco tiempo, te recomendamos la vitrocerámica. Es más barata y rápida de instalar, aunque debes recordar que también es la más ineficiente por la pérdida de calor residual.
Si te gusta cocinar, opta por una cocina a gas natural o elige una placa de inducción, que son más eficientes. Seguro que las recetas de Naturgy te saldrán ricas, ricas…
¿Sabías que el 11% de la energía se consume en la cocina? Lo que para muchos es el corazón de la casa, es también el lugar donde deberíamos ser lo más eficientes posibles.
Tengas una cocina a gas, de inducción o vitrocerámica, es fundamental que la cuides para aprovecharla al máximo y alargar su vida útil. En el día a día, la limpieza es clave y no te llevará mucho tiempo. Sin embargo, esto siempre debería ir acompañado de un servicio de mantenimiento y reparación como Servigas si tienes una cocina a gas, o Servielectric si optas por uno de los sistemas eléctricos.
Esperamos que esta información te haya resultado útil. ¿Tienes más dudas? Escríbelas en los comentarios y te ayudaremos a resolverlas. Por cierto, después de repasar los tipos de cocina, seguro que tomarás la mejor decisión y podrás cocinar #BuenasEnergías todos los días.
