La búsqueda de nuevas fuentes de energía es una de las principales prioridades del ser humano. Porque necesitamos la energía para muchos aspectos de la vida diaria.
Qué son las fuentes de energía
Definidas de forma sencilla, las fuentes de energía son cualquier recurso natural o artificial que pueda ser convertido en energía útil para realizar un trabajo. Energía que se puede manifestar a través de diferentes formas como calor, movimiento, luz, electricidad, etc.
Tienen una especial importancia en el mundo actual porque son uno de los motores que impulsan la economía. Además, la energía nos facilita la vida diaria. Nos permite, por ejemplo, tener luz en nuestro hogar, calentar las estancias y poder circular en coche.
En la actualidad, nos enfrentamos a un importante desafío energético. Cada vez demandamos más energía, pero somos conscientes del agotamiento de las fuentes no renovables y del impacto ambiental que tiene la producción de energía convencional. Por eso, se está impulsando un cambio hacia las energías renovables, que resultan más sostenibles.
Clasificación de las fuentes de energía
Aquí diferenciamos:
- Por capacidad de regeneración. Renovables si se regeneran de forma natural a un ritmo mayor del que son consumidas y no renovables si su cantidad es limitada, se va agotando con el uso, y su generación es más lenta que su consumo.
- Por su forma de aprovechamiento. Energías primarias si se trata de las que se encuentran en la naturaleza en estado original y no han sido transformadas. Secundarias si se obtienen mediante la transformación de fuentes primarias.
- Convencionales y alternativas. Las primeras son las utilizadas de forma tradicional, como el carbón o el petróleo; mientras que las segundas son las que se posicionan como alternativas a las tradicionales. Los ejemplos más habituales son la energía solar, la biomasa o la eólica.
Tipos de fuentes de energía
Para que entiendas mejor qué fuentes de energía tenemos a nuestra disposición, vamos a ver con mayor detalle los tipos de energía existentes en función de su origen y de si son o no renovables.
Fuentes de energía renovables
Son aquellas que se obtienen directamente de fuentes naturales y se regeneran de manera continua y sostenible. Sus características son:
- Abundancia. Son prácticamente inagotables, aunque no están uniformemente repartidas.
- Renovabilidad. Se regeneran de forma natural.
- Menor impacto ambiental. Por norma general, para su obtención se producen menos emisiones de gases de efecto invernadero y otros contaminantes.
- Dispersión geográfica. Están repartidas a lo largo del mundo, lo que requiere de sistemas de distribución complejos.
Los tipos de energía renovable más comunes son:
Energía solar
El sol es la estrella más grande de nuestra galaxia, por lo que resulta ser la fuente de energía más abundante y limpia a la que podemos acceder.
La energía solar la captamos a través de paneles y la podemos aprovechar para generar electricidad (fotovoltaica) o calor (térmica). Eso sí, la capacidad generadora de las placas es intermitente, porque depende de las condiciones climáticas.
Energía eólica
Proviene directamente de la fuerza del viento, que a través de aerogeneradores se transforma en una energía limpia y renovable.
Como en el caso de la solar, el nivel de generación también depende de las condiciones ambientales. En concreto, de la velocidad y la dirección del viento.
Energía hidráulica
Procede de la fuerza del agua en movimiento, por lo que también es una fuente de energía limpia y renovable.
Son las centrales hidroeléctricas las que son capaces de aprovechar esa fuerza del agua en movimiento y convertirla en energía que va a parar a la red de suministro. El principal problema es que la construcción de este tipo de centrales puede tener un impacto ambiental significativo en los ecosistemas acuáticos. Por eso, en los últimos años, se está abogando por sistemas más sostenibles como la energía solar o la eólica.
Energía geotérmica
El calor interno de la tierra resulta ser una fuente inagotable de energía que nos sirve tanto para obtener calor como para generar electricidad. Lo que ocurre es que la capacidad de aprovechamiento de esta energía depende mucho de la ubicación geográfica.
Por ejemplo, en Islandia, esta es una de las energías más utilizadas, porque la alta concentración de volcanes en su territorio hace que la tierra desprenda una gran cantidad de calor que se utiliza para climatizar las viviendas.
Energía mareomotriz
A través de una serie de turbinas marinas se consigue convertir la fuerza de las olas y las mareas en una fuente de energía limpia y renovable.
Este es un sistema relativamente moderno y con mucho potencial, que todavía está en sus primeras fases de desarrollo.
Biomasa
La materia orgánica de origen vegetal y animal se utiliza para generar calor o electricidad a través de los procesos de combustión o gasificación.
Aunque se considera una fuente de energía renovable, su uso excesivo puede generar problemas ambientales como la deforestación.
Todas estas fuentes de energía ofrecen una serie de ventajas como la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera; menor dependencia de los combustibles fósiles que brinda una mayor seguridad energética; generación de nuevos puestos de trabajo y una diversificación de la matriz energética que reduce la vulnerabilidad frente a las fluctuaciones de los precios de los combustibles fósiles.
En cambio, también generan una serie de desafíos como:
- Intermitencia en la producción en casos como la energía solar o la eólica.
- Alto coste de construcción de infraestructuras para su aprovechamiento.
- Algunas tecnologías tienen impactos locales en el medioambiente.
- Necesidad de otros materiales
- La necesidad de seguir investigando y desarrollando nuevas tecnologías para su aprovechamiento.
Fuentes de energía no renovables
Son aquellas que han sido transformadas a partir de recursos naturales y que, una vez consumidas, no se regeneran o se regeneran a un ritmo muy lento. En su momento fueron la base de la revolución industrial y continúan siendo fundamentales a nivel económico, pero se está trabajando para reducir la dependencia con respecto a ellas.
Estos tipos de energía se caracterizan por:
- Tienen que ser transformadas para su uso.
- Se agotan tras su uso, porque su formación geológica requiere millones de años.
- Su densidad energética es muy alta.
- Su extracción, procesamiento y combustión generan muchas emisiones contaminantes y contribuyen al cambio climático.
Las fuentes de energía no renovables más comunes son:
Combustibles fósiles
Surgen de la descomposición de materia orgánica durante millones de años, por lo que la cantidad disponible está limitada.
Los más habituales son el carbón, el petróleo y el gas natural, que se usan para generar electricidad, para el transporte, para la climatización y para la industria.
Energía nuclear
Se obtiene a partir de la fisión nuclear de átomos prestados, principalmente de uranio. Aunque no produce gases de efecto invernadero, genera residuos radiactivos de difícil gestión, además del riesgo asociado a las centrales nucleares de que se produzca un accidente. Su uso principal es para la generación de electricidad.
En el caso de España, está en marcha un proceso para desmantelar todas las centrales nucleares.
Por sus inconvenientes y por su limitación, las fuentes no renovables están perdiendo terreno frente a las energías renovables. A nivel doméstico la que más éxito está teniendo es la energía solar, que permite cubrir gran parte de las necesidades energéticas de los hogares, e incluso potenciar el ahorro a través de sistemas como nuestra batería virtual solar.
Ahora que ya conoces qué son las fuentes de energía y has podido comprobar que el futuro está en aquellas que son renovables y sostenibles, quizá te plantees hacer cambios en tu hogar o negocio. Si es así, con nosotros tienes la mejor oferta para instalar placas solares.