Tu casa dice mucho de cómo eres y de tus prioridades. Si quieres un mundo mejor, se está impulsando una corriente arquitectónica de diseño y construcción de edificios que reducen el impacto medioambiental. ¿Has oído hablar de las casas pasivas? Te contamos más...

¿Qué son las casas pasivas?

El sector de la construcción es responsable de entre un 30 y un 40% del consumo energético mundial y también emite entre un 20 y un 30% de las emisiones de gases de efecto invernadero, según el Consejo Internacional de Investigación e Innovación en Edificación y Construcción. Por eso, se está investigando para ofrecer proyectos más sostenibles.

Con este propósito surgieron las casas pasivas, un nuevo modelo de edificación inspirado en los principios de eficiencia energética para conseguir un balance energético cercano a cero. El objetivo de las también llamadas bioviviendas es reducir la demanda de consumo energético, de manera que pueda conseguirse un ahorro en la factura energética de hasta el 90% en comparación con las casas convencionales, y nunca menos del 70%.

Estamos, pues, ante un modelo de construcción diferente, de alta eficiencia enegética y que se está abriendo paso en España. 

¿Cómo y dónde surgieron las casas pasivas?

Ya en la década de 1970, el estadounidense Edward Mazria planteó en su libro Passive Solar Energy Book, un modelo de arquitectura en el que incluía las energías renovables y aprovechaba las condiciones climáticas para consumir menos energía.

Al mismo tiempo, el Departamento de Energía de Estados Unidos publicó un documento en el que se dividía el país en 16 tipos climáticos y se presentaban medidas de diseño para resolver el acondicionamiento de las construcciones de manera natural. El concepto era claro: adaptar la construcción a las características climáticas de cada territorio. 

Sin embargo, hubo que esperar a finales de la década de 1980. En 1988, Bo Adamson (un investigador de la construcción y profesor de la Universidad de Lund) y Wolfgang Feist (físico de la construcción y profesor del Instituto de Vivienda y Medio Ambiente del estado de Hesse) presentaron el concepto de Passivhaus, casas pasivas en alemán.

“Las pérdidas de calor del edificio se reducen tanto que este apenas necesita calefacción. Las fuentes de calor pasivas como el sol, los ocupantes humanos, los electrodomésticos y el calor del aire extraído cubren una gran parte de la demanda de calefacción. El calor restante puede ser proporcionado por el aire de suministro si la carga de calefacción máxima es inferior a 10 W por metro cuadrado de espacio habitable. Si este suministro de aire caliente es suficiente como única fuente de calor, llamamos al edificio Passivhaus.”
 Prof. Dr. Wolfgang Feist
 Director del Passivhaus Institut, Darmstadt, Alemania

Feist también fundó el Passivhaus Institut, el organismo regulador del estándar passivhaus, y en 1990 se construyó la primera passivhaus en Darmstadt (Alemania) que, por cierto, era la suya.

Los cinco principios de las casas pasivas

Las Passivhäuser, o casas pasivas, siguen estos criterios para cumplir con sus estándares de ahorro energético:

1. Aislamiento térmico en las casas pasivas

El aislamiento térmico permite reducir la pérdida de energía, en invierno y en verano. ¿Cómo se consigue esto? Mediante la implantación de sistemas hacia fuera y hacia el revés, en fachadas, ventanas, cubiertas, paredes exteriores y cubiertas. 

2. Hermetismo

El aislamiento térmico se complementa con sistemas herméticos. Es decir, no se trata solo de cubrir, sino de hacerlo correctamente para evitar filtraciones de aire que hagan perder temperatura. De esta manera, se garantizan los estándares de eficiencia energética. 

3. Ventanas de altas prestaciones

Las ventanas de altas prestaciones garantizan la retención de la energía. Para ello, se utilizan materiales como marcos y perfiles aislantes y herméticos, pero también vidrios dobles y triples. En función del tipo de vivienda y ventana, es conveniente elegir la correcta. 

4. Ausencia de puentes térmicos

Los puentes térmicos transmiten el calor más fácilmente hacia afuera, lo que supone perder entre un 5 y un 10 %. Pues bien, las casas pasivas no tienen puentes térmicos, ni en el tejado, ni en la fachada, ni en los cajones de las persianas. Esta es otra forma de evitar zonas más calientes de lo normal. 

5. Ventilación mecánica

La ventilación mecánica se utiliza con varios objetivos. En primer lugar, para recuperar el calor y reducir el uso de energía, utilizando dos circuitos de ventilación, uno que inyecta el aire del exterior al interior y otro que expulsa en aire mezclado, sin que se mezclen, pero aprovechando el calor del aire interior. Asimismo, estos sistemas incluyen filtros de aire para evitar alérgenos, CEO2, partículas en suspensión y otros agentes contaminantes. Por lo tanto, el aire es más limpio. 

Las ventanas, el aislamiento, la ausencia de puentes térmicos… Todos estos componentes se consideran "pasivos" porque no requieren energía para cumplir sus funciones y garantizan los requisitos de eficiencia energética.

Las casas pasivas aprovechan el sol

Otro punto de estas viviendas es que aprovechan la energía de fuentes renovables, en especial la solar. Por lo tanto, la instalación de paneles fotovoltaicos es óptima para producir electricidad para autoconsumo. Estos son sus beneficios: 

• La energía solar es inagotable, a diferencia de las fuentes de energía fósiles.
• Esta energía no contamina con gases de efecto invernadero y no contribuye al calentamiento global.
• Los paneles fotovoltaicos no generan residuos contaminantes.
• La energía solar no produce ruidos, de manera que no hay contaminación acústica. 

Por otra parte, el autoconsumo de energía solar de las casas pasivas te ofrece varias ventajas:

• Flexibilidad, porque es fácil ajustar y adaptar el consumo adecuadamente.
• Seguridad, porque, hoy en día, este tipo de instalaciones no tienen ningún riesgo. 
• Ahorro. En los últimos 5 años, los precios de las tecnologías renovables han reducido el coste en un 80 %, según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía de España (IDAE). Y, durante 2023, el precio de los materiales ha proseguido su senda descendiente.

¿Existen certificaciones de casas pasivas?

La Guía del Passivhaus Institut indica que existen certificados Passivhaus distintos, según el tipo de edificio. Son estos:

• Certificado Passivhaus para los edificios de nueva obra, sean o no residenciales.
• Certificado EnerPHit para los edificios rehabilitados, con independencia de que sean o no residenciales.

Ahora bien, el tipo de certificación casas pasivas de Passivhaus tiene tres subcategorías: classic, plus o premium, en función del criterio de hermeticidad, siendo el más exigente el premium.

Fuente de la imagen: Passivinstitut

¿Cómo conseguir un certificado para casas pasivas?

El certificado para casas pasivas lo proporciona el Passivhaus House Institut (PHI), con sedes en España. Ahora bien, son los estudios de arquitectura autorizados los que se encargan de validar esa certificación. Por lo tanto, si quieres construir una casa pasiva certificada, lo mejor es que preguntes antes de iniciar el proyecto y busques un arquitecto que la pueda diseñar. 

Para conseguir estos certificados, las casas pasivas deben cumplirse estos requisitos de eficiencia energética: 

• Demanda energética destinada a calefacción inferior a 15 kWh por metro cuadrado y año. Minimizar, en definitiva, la necesidad de calefacción. 
• Demanda energética destinada a refrigeración que sea inferior a 15 kWh por metro cuadrado y año. Es decir, que en verano no haya una gran necesidad de aire acondicionado. 
• Demanda en energía primaria (luz, consumo de electrodomésticos, agua caliente...) inferior a 120 kWh por metro cuadrado y año. Esto obliga, previamente, a tener en cuenta estas necesidades. 
• Incluir un sistema de ventilación mecánica que permita recuperar el calor. Así se reducen las emisiones porque se aprovecha el aire de entrada.

La primera casa pasiva certificada de España se construyó en 2010 en Granada. En 2017, gracias a la rehabilitación y ampliación del Palacio de Congresos Europa en Vitoria-Gasteiz, este edificio no residencial también recibió la certificación del Passivhaus Institut. Posteriormente, en 2018, la Torre Bolueta de Bilbao se convirtió, en su momento, en el edificio más alto con esa certificación.

Fuente: Wikipedia

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