Supongo que de ahí me viene la pasión por intentar visualizar futuros probables de nuestro entorno, de nuestro mundo y también de nuestra energía como pieza clave para que el resto sea posible. Por eso, lo de dedicarme a la transición energética, a la transformación del mundo de la energía, para mí era lo más natural del mundo.
En una próxima entrada del blog escribiré sobre la #InteligenciaArtificial, pero ahora quiero compartir una reflexión sobre una herramienta quizás menos conocida, pero en mi opinión clave, para visualizar la transformación del mundo que nos espera: el #DiseñodeFuturos, que tanto Clarke como Kubrick (como el más reciente Harari) utilizaban con maestría sin saberlo y que yo aplico en la #TransiciónEnergética.
En realidad, es sencillo de explicar. Básicamente es una disciplina que une metodologías de design thinking y prospectiva estratégica para visualizar futuros y que se utiliza habitualmente para diseñar nuevos productos y servicios. Eso sí, destacaría que:
No existe un futuro único, sino muchos futuros posibles/probables.
No se trata de pensar en la persona. El objetivo es el colectivo.
No se trabaja sobre necesidades y problemas actuales. Se analizan tendencias y se proyectan escenarios.
Se realizan prototipos de futuros y se prueban.
La clave de utilizar el #DiseñodeFuturos en la #TransiciónEnergética es hacerlo con enfoque sistémico, que es donde realmente tiene potencia.
Entre tú y yo, la verdad es que a veces te sientes como si te movieras en una realidad paralela. Analizas, estudias, imaginas y diseñas diferentes futuros sabiendo que ninguno de ellos será verdad. Entonces, ¿por qué lo hacemos? ¿Por qué no nos rendimos y esperamos a que el futuro llegue con sus respuestas? Pues porque tenemos la esperanza de acercarnos a algo razonable con la suma de todos los escenarios que construimos. ¿Y sabes una cosa? A veces, se consigue.
Un ejemplo: la curva de pato
Hace un par de años, descubrí la que ha sido una de mis mayores obsesiones recientes (ya lo siento por mis jefes que lo han sufrido de cerca): analizar cómo cambia la necesidad de energía con la penetración masiva de renovables (especialmente fotovoltaica, como la que muchos de nosotros tendremos instalada en un futuro muy próximo en los tejados de nuestras casas o comunidades de vecinos). En este mundo, se conoce como duck-curve o curva de pato y se observó por primera vez en 2013 en California.
Se llama así porque el perfil de la demanda de energía se parece mucho a la forma de un pato: Y en esas estábamos discutiendo sobre lo imposible y lo improbable (el tiempo que llevaría para que se empezara a ver aquí, cómo podría afrontarse, cuánto costaría…) cuando nos encontramos de golpe con las primeras señales de la “curva de pato” en España. Afortunadamente, gracias a un buen #DiseñodeFuturos lo pudimos anticipar y construir soluciones ágiles.
¿Cómo nos enfrentamos a este reto?
Hemos estudiado 2 aproximaciones diferentes, ambas válidas, que ayudan a resolver el problema con horizontes temporales distintos:
1- Piensa en grande, actúa en pequeño (más tiempo).
2- Piensa en grande, actúa en no tan pequeño (más inmediato).
Pero, al margen de ello, lo que está claro es que imposible no es lo mismo que improbable y debemos estar preparados para ambos. El mañana siempre nos sorprenderá, con forma de pato o incluso de algo todavía más extraño.
Te propongo un reto. ¿Te atreves a imaginarlo? ¿Cómo te imaginas tu ese futuro?