En este sentido, comparto con vosotros dos conceptos interesantes: el FOMO (acrónimo en inglés de Fear of missing out) que refleja el miedo a ausentarse y perder avisos push, llamadas, mensajes y todo tipo de notificaciones; y el JOMO (acrónimo de Joy of missing out), que sería lo contrario, la capacidad de disfrutar al conseguir liberarnos mentalmente de estos impulsos y desconectar al 100%. Sí, eso es posible.
De hecho, según mi opinión, no se trata de no querer usar tecnología sino hacerse la siguiente pregunta: ¿realmente la necesito?
Lo interesante es que el minimalismo digital no un concepto trivial y podemos trasladarlo a muchos ámbitos, tanto personales como profesionales. Asimismo, también nos lleva a una contradicción entre el uso que le otorgamos a las cosas y el diseño de las mismas.
En Marketing Digital y en la User Experience existe la tendencia KISS (Keep It Simple Stupid), que, aun siendo un término inventado en 1960, se ha vuelto a poner de moda en este campo. ¿Y en qué consiste? Básicamente, en realizar experiencias y diseños digitales lo más simples posibles, usando la fuerza de este “minimalismo”. Pero claro, algo minimalista a nivel de experiencia puede convertirse en algo “adictivo” y, por lo tanto, existe el riesgo de usarlo indiscriminadamente sin un sentido natural y muy superficial, haciéndolo algo efímero o sin ese valor añadido que nos debería vincular más allá de la adicción digital.
Para mí, el gran valor diferencial radica en la capacidad de que se aúnen la cultura minimalista y el diseño minimalista en el mundo digital. ¿Por qué digo esto?
Por un lado, la cultura minimalista habla de Personas y, por otro lado, el diseño minimalista habla de Simplicidad.
Así pues, partimos de que lo humanamente natural es la corriente del minimalismo digital. Como nos hace sentir realmente bien, lo consideramos necesario (controlamos lo que hacemos, cuándo lo hacemos y por qué lo hacemos) y, por otro lado, el diseño y experiencia digital nos permiten hacerlo todo mucho más simple. Por eso, creo que si desarrollamos soluciones que nos aporten estos dos objetivos, podremos asegurar experiencias digitales que nos hagan llegar hasta ese producto final que lo tiene todo porque es Necesario + Simple.
Lamentablemente, el concepto de necesidad también es algo efímero (al igual que la cultura) y quizás debamos discernir entre lo realmente necesario y lo necesario culturalmente. Cuestión de matices pero qué importantes. Veremos quién entiende mejor el concepto y cómo evoluciona la cultura alrededor de este minimalismo digital que al final nos ha de llevar a aportar soluciones que junten Personas con Simplicidad.
Los extremos del minimalismo
Os dejo otro vídeo, ahora de Simon Sinek sobre la adicción a los móviles y la importancia de tomar consciencia. Muy interesante, son menos de 3 minutos. Porque esto no sólo va de ser conscientes y pensar tanto en el uso como en el diseño de soluciones, sino también en los temas de adicción. Os introduzco el concepto de Nomofobia aunque no lo desarrollaremos en este artículo. Si os parece, lo dejamos para una segunda parte.
Para terminar, también os quiero leer yo a vosotros así que os lanzo algunas preguntas:
¿Consideráis que hacéis un buen uso de la tecnología?
¿Tenéis la sensación de controlarla o es al revés?
¿Usáis alguna técnica para controlar esa “adicción”?
¿Creéis en la tecnología con #BuenasEnergías?
Yo sí.
Esperamos vuestras respuestas en los comentarios. ¡Gracias!