La revolución de los edificios inteligentes es una realidad. Con todas las innovaciones tecnológicas que incorporan, ya ha quedado demostrado cómo nos hacen la vida más fácil y segura. Además, tampoco podemos olvidar que nos ayudan a ahorrar costes de energía. ¿Has oído hablar del concepto “inmótica”? ¿Es lo mismo que la domótica? ¿Por qué la inmótica hace que un edificio sea más sostenible? Sigue leyendo para salir de dudas y descubrir una de las tecnologías que ha llegado para quedarse.
¿Qué es la inmótica? Diferencias entre inmótica y domótica.
El conjunto de sistemas automatizados para que la gestión de un inmueble sea más fácil, segura y sostenible recibe el nombre de inmótica.
La primera pregunta que muchas personas se hacen es si la inmótica es lo mismo que la domótica. En realidad, sí. La única diferencia es que la inmótica está enfocada a edificios de mayor envergadura, del sector terciario o industriales: colegios, hospitales, hoteles, oficinas de negocios, museos, aeropuertos, etcétera. En cambio, la domótica es para viviendas y la gestión energética es, en este caso, individual.
La principal diferencia entre ambos conceptos radica en los sistemas de instalación. En las viviendas (domótica), normalmente se instala una red wifi en los dispositivos de casa para que estén conectados al sistema de gestión, que suele ser inalámbrico. Así suele ser suficiente pero en las empresas (inmótica) se instala un sistema interconectado cableado porque el espacio es mayor. Sin embargo, cada vez se están diseñando sistemas de control inalámbrico.
Aparte de la domótica y la inmótica, hay otro término que cada vez oirás más, “urbótica”, y que se utiliza cuando estos sistemas inteligentes son para ciudades.
La inmótica: gran aliada para reducir el gasto energético
¿Sabías que gracias a la inmótica se puede conseguir un ahorro energético de hasta un 40 %? Con la alta tecnología y los sistemas automatizados es más fácil hacer un uso responsable y eficiente de la energía.
En una casa en la que vivimos y pasamos gran parte del tiempo, saber cómo usamos la energía es más fácil. Sin embargo, en otros edificios en los que estamos de paso, la cosa puede cambiar y se nos pueden escapar algunos detalles. Por ejemplo, con el estrés y la actividad frenética que hay en unas oficinas, es muy fácil que se nos olvide una luz encendida en una sala de reuniones que no estamos utilizando, aunque todos seamos cada vez más conscientes, dentro y fuera de casa.
Para evitar estas situaciones es clave impulsar los sistemas inmóticos. Sabemos desde hace tiempo que la tecnología nos hace la vida más fácil, pero no podemos olvidar que también nos ayuda a ser más responsables con el planeta. Se trata de aprovechar mejor los recursos sin renunciar al confort y la seguridad.
Muchas empresas han incorporado la inmótica para el control energético y la gestión de la iluminación y la climatización y, además, les ayuda a superar las auditorías energéticas, que en su caso son obligatorias cada cuatro años.
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Con la inmótica se controla la iluminación mediante los llamados “detectores de presencia”.
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También puede programarse la iluminación en función de la luz natural de cada estancia.
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Teniendo en cuenta la temperatura del exterior o la incidencia del sol, también se consigue la climatización óptima del edificio.
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Además, nos ofrece informes sobre el consumo de energía, así como posibilidades de mejora.
En Naturgy también estamos comprometidos con el planeta. Por eso, para complementar los sistemas inmóticos y domóticos, te ayudamos a hacer un uso eficiente de la energía:
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Si tienes una empresa, personalizaremos la mejor oferta de energía y tendrás asesoramiento para saber cómo optimizar el consumo energético y conseguir un mayor ahorro.
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Si es para tu casa, también te ayudaremos a hacer un uso eficiente y te lo pondremos muy fácil para que puedas pasarte a la energía del sol, 100 % renovable, gracias a la instalación de placas solares en casa.